Emiliano Pérez Cruz
  • La gente se harta

    Luego de la comida, Malva volvió a la azotea para enjuagar la ropa que desmugró en la veterana lavadora. La diabetes incrementa el cansancio y la modorra. Pero quiere aprovechar el sol vespertino y el ligero viento para secar los trapos.
  • El Niño Viejo en su patín

    En el mercado de la colonia lo conocen como el Niño Viejo debido a la piel arrugada y escamosa que ostenta en las partes visibles de su cuerpo, que apenas sobrepasa el metro y medio.
  • Todo se vende, nada te regalan

    En el barrio parece una moda, pero dicen que más bien es el espíritu del tiempo. Sobre la banqueta y a las puertas de su casa, doña Ena coloca un viejo tapete y sobre él extiende cacharros y trebejos que ya dieron de sí.
  • A falta de alberca, la tina

    Sábados de baño familiar en la tina; tradición que unía a la familia y vecinos, creando recuerdos inolvidables.
  • Te gusta la dejadez

    “Agarra de mi alcancía, pero me lo repones porque estoy juntando para el Día del Amor y la Amistad”
  • Dónde se había metido

    Siente que es muy temprano para irse a la fonda y pedir el menú del día. Además, es la hora de los viejitos, y hay que andarse con cuidado porque ahí abundan la irritabilidad a flor de piel
  • Yo fui tu papalote…

    La infancia en un entorno polvoriento evoca recuerdos de juegos, papalotes y la vida sencilla antes de la modernidad.
  • Gánese la propina

    Es morena, bajita, el rostro con la mueca de quien se esfuerza por contener el llanto. Intenta esbozar una sonrisa cuando pregunta ¿qué es lo que van a comer?
  • De espíritu justiciero

    Sus acciones son plasmadas con firmeza, verosimilitud y cuajan debidamente atmósferas, ambientes y escenarios de un México no tan profundo