Llamadas perdidas al Tren Tampico México

A propósito de la coyuntura y polémica del Tren Maya y su consulta, propiciado desde el gobierno en prefunciones, don Fernando Lomelí, un asiduo lector de MILENIO Tamaulipas y ex catedrático universitario, comenta que se debe aprovechar el tema para recordar que van más 100 años que se quedó pendiente la conexión ferroviaria Tampico-México, pero que solo llegó a Magozal.
Recordaba entonces la tragedia social que narraba en su ficción, David Toscana en su Estación Tula, sobre el potencial de esta ciudad que aspiraba a ser capital, y que para ello la conectividad ferroviaria sería una de las principales armas, de la mano de Carmen Romero Rubio, segunda esposa de Porfirio Díaz y nativa del hoy Pueblo Mágico.
Por si no lo han leído, los ‘spoileo’ solo poquito y no menos que la historia con el fracaso del proyecto y de la estación del trenes.
Bueno, para la Zona Conurbada era importante ese proyecto, y quedó en una conectividad Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz, que por cierto me remonta a mi niñez y algunos vagos recuerdos de vagones en mis visitas a familiares a la Huasteca.
En la conversación con Lomelí, me comenta que intentó buscar al cabeza del CIEST Eduardo Manzur y al diputado Erasmo González para hacerles el comentario de que encabecen una búsqueda de este proyecto, pero también me dice que son hombres muy ocupados y hasta lamenta su propia imprudencia.
Si me pregunta, la línea ciudadano hombre de política, no es muy fácil de cruzar y bastante cínica de evadir. Pero no me preguntó.
Actualmente, en San Luís Potosí, donde los gobiernos se dan cuenta de la magia del turismo de naturaleza, y del que ellos cuentan con varios paraísos en la tierra, han propuesto la construcción de un corredor turístico ferroviario, al cual, sugiere para bien el señor Fernando, habría que sumarse Tamaulipas.
Para eso la llamada don Eduardo y don Erasmo.
Por otra parte, los tráileres, sobre todo con el inconcebible legal permiso de circulación de los dobles remolques, provocan al año más de mil muertes por accidentes carreteros, en el argumento abaratar costos de transporte industrial, que fácilmente serían corregidos por la decadente industria ferroviaria mexicana.
A propósito, digo. _