Hace unas semanas en un podcast contesté una pregunta de la que mi respuesta pareció incómoda: -¿Tu pronóstico para las elecciones? -La gente votará por AMLO.
Mis hermanos Aristeo y Victor entramos en un sabroso debate, aunque cortado por la insatisfacción del tiempo y la satisfacción de la amistad, pero hubiera querido ahondar en mi punto.
El poder de AMLO es tan grande que la gente va a votar por él sin ser candidato; está en una boleta en la que no aparece su nombre, pero su influencia en el subconsciente será determinante el próximo 6 de junio en la madre de todas las batallas.
No es que no importe quién sea el candidato; sin embargo, si usted pregunta en la calle a algún simpatizante de Morena por qué va a votar, la respuesta será seguramente el nombre del tabasqueño y no fulanita o fulanito de tal.
Es por ello que la estrategia va enfocada a decir Morena o Cuarta Transformación, que evoca al ineludible “ya sabes quién” y su sobregirada retórica.
Mire, hace poco, militantes “fundadores” de Morena en Tamaulipas protestaron por las imposiciones; detestan a los personajes electos y el cómo llegaron, pero aseguraron que votarán por el partido para apoyar al Presidente. AMLO es una marca registrada, hay lugares donde una piedra podría ganar.
Tampoco me malinterpretes, amig@, no significa que ya la tengan ganada; dentro de la casilla la influencia también será negativa; hay un enorme hate, un efecto negativo de quienes no quieren que siga en el poder, y hay estados donde su presencia es débil, sobre todo en el norte.
Hay casos de discursos declarados contra AMLO y sus políticas públicas que son gritos desesperados y que traducen la oposición en odio político que toma a veces una fuerza desproporcionada que puede ser contraproducente como, por ejemplo, criticar salvajemente los apoyos a “ninis” o adultos mayores “porque es regalar dinero”.
No empatizan con el grueso de la población que hoy tiene acceso a una pensión, que es tan clientelar como necesaria, y que permite que se interprete como insensibilidad hacia un sector históricamente marginado.
¿Ha perdido popularidad? Sí. ¿La ha regado? Claro. ¿Hay quien cree en él? Los veremos en la boleta. _