Una idea que me influyó profundamente de La insoportable levedad del ser de Milán Kundera fue el cambio radical en la vida de Tomás, el protagonista.
Tomás era un cirujano exitoso en Praga a mediados de los sesenta, y al parecer tenía resuelta su existencia material.
No obstante, tras la invasión soviética que siguió a la Primavera de Praga, decide irse a Zúrich junto con Teresa, su esposa, y desde allí su destino se vuelve incierto.
Tiempo después, el médico se ha transformado en campesino; tanto, que un día su esposa dice: esas manos que antes eran de cirujano ahora son grotescas, han sido arruinadas por el trabajo.
Esta novela revela que nuestra existencia puede estar (y está) marcada por los tumbos que suceden en nuestra realidad política.
No somos más que una consecuencia, una posibilidad, del medio en que nos desarrollamos, y ese siempre puede cambiar, para peor o para mejor.
En México, desde hace seis años vivimos un proceso que ha sido llamado la 4T, planteado como la transformación de México en un país donde la población pueda “vivir feliz y libre de miserias y temores”.
Durante este sexenio, miles de jóvenes han experimentado una transformación: niños que se convirtieron en jóvenes, y a los que cabría preguntar si se han transformado en quienes alguna vez desearon ser, si su vida tiene propósito y si este país les brinda las condiciones necesarias para alcanzarlo.
Observo que muchos jóvenes han optado por ser “creadores de contenido” en las redes sociales, una actividad que echa mano de habilidades artísticas, conocimiento histórico y científico y destrezas sociales.
Tal vez en las redes sociales haya una alternativa para que esos jóvenes no sean golpeados tan duramente por los embates de la realidad política inmediata, como le sucedió a Tomás y como le ha sucedido a millones de ciudadanos que han vivido en medio de revueltas sociales y crisis económicas.
Hoy recordamos a los normalistas de Ayotzinapa y a los estudiantes del 68; recordamos a los que no sobrevivieron para contarlo, a todos esos jóvenes que han desaparecido y a los que fueron reclutados por las fuerzas del crimen.
Yo me pregunto, ¿es que en realidad nuestras vidas están siendo vapuleadas por el poder político y no nos damos cuenta?
¿Cuándo despertaremos? ¿Cuál será el precio de nuestro descuido?
Estas fechas están llenas de luto nacional. Entre la conmemoración de dos masacres, toma posesión la nueva presidenta.
Espero que los juramentos que pronunciará verdaderamente sean respetados.
Y si no, que la nación se lo demande hasta sus últimas consecuencias.