En Jalisco, muchos problemas públicos parecen no haber cambiado, otros se han agudizado, y algunos más han sido resueltos o mitigados, ya sea por capacidad política o inyección de recursos. Sin embargo, mientras la iniciativa privada avanza a pasos agigantados en la resolución de problemas mediante la implementación de inteligencia artificial, el análisis masivo de datos y la automatización de procesos, surge la pregunta: ¿dónde queda lo público?
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) recientemente publicó un análisis que arroja una conclusión preocupante: México sufre de una escasez de talento. Aunque el informe estaba enfocado en el ámbito privado, esta carencia también se refleja en la limitada capacidad para enfrentar los retos del sector público.
Las universidades juegan un papel crucial, no solo para preparar a los profesionales que impulsen la innovación en el ámbito empresarial, sino también para aquellos que resuelvan los problemas que afectan a la sociedad desde lo público. Sin embargo, el IMCO advierte que los jóvenes en México siguen eligiendo las mismas carreras que hace 10 años. Esto indica que administradores, ingenieros, abogados y enfermeros, entre otros, no han logrado proponer soluciones innovadoras a los problemas que enfrenta el país.
Una de las posibles soluciones a largo plazo es la carrera de administración pública, enfocada en el diseño, gestión y evaluación de políticas que aborden las necesidades sociales. Sin embargo, la plataforma Compara Carrera revela que esta licenciatura solo capta el 0.3 % del total de estudiantes, lo que representa aproximadamente 48 mil personas en todo el país.
El gran reto es cómo aprovechar la inteligencia artificial (IA) para mejorar la gestión pública. Hoy en día, existen herramientas que pueden generar programas completos con soluciones técnicas a los problemas que enfrenta Jalisco, simplemente alimentándolas con los datos adecuados. Si estas tecnologías tienen la capacidad de ofrecer respuestas más rápidas y precisas que las nuestras, deberíamos estar utilizándolas para enfrentar los desafíos públicos con mayor eficacia.
Mientras la IA sigue avanzando, los problemas también crecen. Tal vez no a la misma velocidad, pero uno puede frenar al otro. Nos corresponde gestionar estas herramientas y asegurarnos de que las soluciones se pongan en marcha lo antes posible. Solo así podremos evitar que la brecha entre lo público y lo privado siga aumentando, y garantizar que el talento esté a la altura de los retos del futuro.