Más de una vez nos ha tocado escuchar que en el sector educativo se simula mucho.
No estoy tan seguro que así sea. La simulación, “es un acto que consiste en imitar o fingir que se está realizando una acción cuando en realidad no se está llevando a cabo”.
Sí creo que puedan existir algunos actores educativos, en número reducido, que no cumplan con lo que les corresponde, pero de ninguna manera se puede afirmar eso como algo generalizado.
En la historia reciente de la educación mexicana, no habíamos tenido una situación como la que se ha vivido en los últimos meses (de marzo a la fecha).
Primero nos tomó por sorpresa, a quienes trabajamos en el sector educativo, la suspensión de actividades presenciales en las escuelas por el Covid-19 y sus efectos.
Eso fue en el cierre del ciclo escolar 2019-2020. Después nos vimos obligados a prepararnos para enfrentar la nueva realidad en el arranque del ciclo lectivo 2020-2021. Las estrategias Aprende en Casa I y II han demandado mucho más de lo que se esperaba a las maestras y maestros de nuestro país.
Los horarios se flexibilizaron y se tuvo que atender a los alumnos y sus padres en la mañana, en la tarde o en la noche.
Las planificaciones se complicaron, al igual que las formas de comunicación que se vieron afectadas por las carencias económicas de muchas familias y los problemas de conectividad en diversas comunidades.
A ello se agregaron las presiones y la carga emotiva que significó el perder a un familiar, o a un compañero de trabajo, por el Covid-19.
A todo lo anterior se vino a sumar, en la Subsecretaría de Educación de la Región Laguna de Durango, el cierre de un año civil con una importante carga de trabajo: en la segunda quincena de noviembre todo lo relativo a la evaluación del primer trimestre; en el mes de diciembre se programaron reuniones de rendición de cuentas de todos los niveles educativos, dejando libres los días para preparativos y realización del Consejo Técnico Escolar previsto para el 11 de diciembre.
En la rendición de cuentas participaron dos directoras de Educación Inicial, seis Jefas de Sector de Preescolar y ocho Jefes de Sector de Primarias, con sus respectivos Supervisores, además de ocho Supervisores de Educación Secundaria (General, Técnica y Estatal) con todos sus directores y cuatro Supervisores de Educación Especial.
Una muy rica experiencia con un balance muy completo de los avances, logros y pendientes en cuanto a aprendizajes esperados y la aplicación de la estrategia de la SEP.
Por si fuera poco, Durango fue una de las entidades seleccionadas para participar en el Proyecto Pasos Firmes, que tiene como propósito apoyar a estudiantes de 6º. de Primaria y 3º. de Secundaria, para fortalecer sus habilidades en Lenguaje y Comunicación y Matemáticas, en la idea de que logren una mejor transición al siguiente nivel.
Esto exigió cumplir con varias tareas para la implementación del proyecto, involucrando a docentes, figuras directivas y autoridades.
Me consta que se trabajó en serio y mucho, al menos la segunda mitad de 2020, por lo que considero tenemos derecho a unas merecidas vacaciones.