Vaya embrollo en el que metieron a Delfina Gómez, la candidata de Morena a la gubernatura, sobre la fecha del primer debate electoral organizado por el IEEM. Tropiezo en plena campaña, diría yo, pues dejó a la interpretación el temor a debatir bajo el argumento de tener eventos con la gente en los municipios.
Para quienes no lo sepan, las fechas de estos debates se hacen en consenso con los representantes de los propios partidos, no los fija el IEEM de forma autoritaria; por ende, cuando se establecieron el partido Morena estaba de acuerdo. Lo único que le ocasionó el equipo de la maestra Delfina fue que el PRI, PAN, PRD y NA capitalizaran mediáticamente su petición de posponer una semana el debate, y les resultó. Aunque recularon dos días después y la maestra asistirá al debate, socialmente ya va en desventaja por este episodio consecuente de una mala decisión de su equipo de campaña.
Esto seguramente le aumentó puntos a Alejandra Del Moral, pero sin duda sigue abajo, por lo que su apuesta es destacar en el debate lo poco que se sabe del historial non grato de la oriunda de Texcoco, lo de la retención de 10% de los salarios a los trabajadores del ayuntamiento para el Movimiento de Regeneración Nacional, cuando era alcaldesa, delito más que ratificado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), las irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación, entre otros.
Por su parte, Delfina Gómez tiene también tela de dónde cortar y seguramente se irá por la línea discursiva actual: la de los casi 100 años en que el PRI no ha resuelto los principales temas que hoy busca resolver, y que ya conocemos, como la inseguridad pública, las deficiencias en el transporte, los feminicidios, entre otros. Tendrá que mostrar seguridad y mucha determinación en este primer ejercicio, pues no es su fuerte.
Por primera vez tendremos un debate dinámico, y no porque los anteriores no lo hayan sido, sino porque en esta ocasión serán únicamente dos las candidatas. Esto implica que las réplicas no tendrán tanto que esperar y el público no perderá tan fácil el hilo de lo que se cuestiona. Aunque muchos minimicen estos ejercicios, en realidad sí mueven la percepción social e influyen en la toma de decisiones, de ahí que Del Moral insista en ello, pues sabe que no puede tener la desventaja en las preferencias tantas semanas, contrario a los ideales morenistas, quienes consideran que los debates no son prioritarios para la gente.
Morena debe tener claridad que el discurso de la ventaja en las encuestas no les durará toda la campaña y que hoy en día las encuestas están más que devaluadas por los intereses que hay detrás de cada compañía o despacho que las ejecuta.
¿Será que este primer debate es la apuesta principal de un priismo agonizante en el Estado de México? ¿Será que las candidatas logren salir avante del linchamiento mediático que se espera? Lo único que deseamos es que en realidad haya propuestas, que se diga a la ciudadanía cómo se pueden mejorar las cosas tan necesarias en este Estado de México.
Germán Zepeda