A Yunes ni lo conozco

Ciudad de México /

Había pasado la tempestad de lluvia ácida en el Senado cuando Gil leyó en su periódico MILENIO una nota de Pedro Domínguez: “El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no se negoció nada con el senador panista Miguel Ángel Yunes Márquez a cambio de su voto a favor de la reforma judicial y, por tanto, se dijo satisfecho por la aprobación de su propuesta con cualquier voto”.

Bien dicho, y todos lo creemos a pie juntillas, faltaba más. ¿Por qué habrían de extorsionar a Yunes papá y a Yunes hijo? Ahora mal sin bien, no nos engañemos, si, por lo demás, los Yunes se caracterizan por su honestidad y las cajas de huevo rellenas de rico relleno. Y no dejemos de lado el hecho de que Marko Cortés les dio la senaduría titular al hijo y la suplencia al papá. Gil no quisiera decir picardías, como decía su extinto padre, pero no manchen. Y Gil pensaba que los senadores del PAN estaban amarrados. Las sospechas de Gamés de un traidor rondaban al PRI y Alito. Ah, ingenuo Gilga. Por lo demás, la cueva del PAN en este momento debe ser una jaula de pájaros.

¿Y Cortés no piensa renunciar? Lo ha perdido todo, completamente todo, y se aferra a la dirigencia nacional. Ésa es hoy la esencia de la oposición: la necedad inútil. Amigos que no malquieren a Gil le dijeron en su momento en el amplísimo estudio que la coalición PRI-PAN-PRD sería un fracaso. Y ese amigo tuvo razón. Siga adelante Marko, lo ha hecho usted muy bien, persista, qué carambas, total, si ya todo se ha perdido. Es que de veras.

Explicación no pedida

Gamés no daba crédito y cobranza: en la conferencia mañanera de Palacio Nacional el mandatario (ya quedamos que Gilga ama la palabra) aseguró que Adán Augusto López, líder de los senadores morenistas, no hizo una transa con la familia Yunes para ofrecerles impunidad o dinero. Pero, ¿quién ha insinuado tal cosa? Y al referirse a Yunes, Liópez dijo: “Tengo diferencias con él, son notorias, como tengo diferencias con muchos otros, pero siempre en la política hay que optar entre inconvenientes y es buscar el equilibrio entre la eficacia y los principios”. Ah, caramba, Maquiavelo de bolsillo; no le falta razón al Presidente: “optar entre inconvenientes”, “equilibrio entre eficacia y principios”.  Pues la verdad, sí.

“(No se negoció) Nada, nada, nada absolutamente. ¿Y saben por qué se piensa que hubo una negociación?, porque ese es uno de los problemas que tienen los conservadores y sus voceros, creen que somos iguales a ellos, les podría decir que no hablé con el señor Yunes ni con su hijo”. Los hechos: la madrugada de ayer, con el voto a favor de Miguel Ángel Yunes Márquez y la ausencia del emecista Daniel Barreda, Morena y aliados aprobaron la reforma al Poder Judicial.

Los conservadores, se sabe, son muy mentirosos, hipócritas, pendencieros, ladronzuelos, vengativos, extorsionadores. ¿O de quién hablamos?

El regalo

A las seis de la tarde, los senadores de Morena visitaron al Presidente. Todos felices y contentos le dieron su regalo a Liópez. Como se decía antes: para que respeten al personal. Y para que nadie dude quién manda aquí. Liópez afirmó que es importante pensar o analizar cómo se logró la mayoría, pero al mismo tiempo, se tiene que ver el beneficio para el futuro del país con la elección de jueces, magistrados y ministros.

Desde luego, el Presidente aclaró que quien pudo tener comunicación con los Yunes fue Adán Augusto López en su calidad de senador, pues es su trabajo hablar con otras fuerzas políticas sin la necesidad de que haya un intercambio de favores, “el de la moneda de cambio, la relación mafiosa". Una porra para Adán Augusto: ¡hip-hip-hurraaa!

“No me informó pero no creo que haya transado, o sea, para decirlo con claridad, eso no lo hace ningún integrante de Morena, eso era lo que se hacía en los tiempos de Salinas, eso es lo que se siguió haciendo sin Salinas, que continuó el salinismo como política”. Liópez y la verdad, gran pareja; Liópez y la honestidad, matrimonio perfecto.

Todo es muy raro, caracho, como diría Mario Puzo: “La fuerza de una familia, como la fuerza de un ejército, se funda en su mutua lealtad”. 

Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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