Arancel Fest

Ciudad de México /

Hubo música y baile, sonrisas, elogios y autoelogios. Estuvo bueno el Arancel Fest en el Zócalo, la asamblea informativa que cambió de formato porque el temible Hombre Naranja ofreció otro mes de gracia antes de imponer los aranceles. A Gilga le inquieta que avancemos, o retrocedamos, como quiera usted verlo, mes a mes bajo la amenaza de los impuestos y el perdón mensual. Así las casas (muletilla patrocinada por el licenciado Bartlett), la Presidenta aseguró que el freno a los aranceles que acordó con Donald Trump es un logro de todos los mexicanos. Gil no es tan optimista, esta monserga naranja estará encima del país durante cuatro años: que no incautaron suficiente fentanilo, que no destacaron más integrantes de la guardia en las fronteras, que seguimos comiendo comida china, en fon. Vistas así las cosas estamos ante un logro más bien modesto.

El amado pueblo

La presidenta Sheinbaum dijo que “no podemos ceder en nuestra soberanía ni puede resultar afectado el pueblo por gobiernos o hegemonías extranjeras. Siempre actuaremos de inmediato”. Ante el grito de “no estás sola” de las y los asistentes, la Presidenta comentó que prevaleció el diálogo y el respeto, y por eso fueron levantados los aranceles. “Es un logro de todas y de todos (…) Afortunadamente ha prevalecido el diálogo y el respeto entre nuestras naciones. Somos naciones en igualdad de circunstancias, no somos más, pero tampoco somos menos. Siempre pondremos por encima de todo el respeto a nuestro amado pueblo y a nuestra bendita nación”. Sheinbaum recordó los acuerdos a los que llegó con Trump y señaló que el 2 de abril, el gobierno de Estados Unidos ha anunciado que pondrá aranceles recíprocos a otros países. Gamés recuerda también que Trump como dice una cosa dice otra. A ver qué se le ocurre en estos días. Mientras tanto, la aprobación de la Presidenta sube como la espuma, lo cual a ningún político le sobra: “No somos extremistas, pero tenemos muy claro que hay principios irrenunciables. Tenemos plan y estrategia”, dijo al mencionar que supimos resistir a la pandemia que afectó a la economía. Gil no quisiera meter su cuchara, pero la pandemia nos costó nada más 800 mil muertos si contamos los decesos en exceso.

 

El doctor muerte

Y hablando de la pandemia, ¿qué pasó con López-Gatell tras la pandemia? Después de su derrota en la contienda interna, el epidemiólogo fue nombrado titular de la Coordinación General de Política y Gobierno en la Oficina de la Presidencia, cargo que ocupó del 23 de mayo de 2024 hasta el fin del sexenio de López Obrador, con un sueldo mensual bruto de 190 mil pesos, según la Plataforma Nacional de Transparencia.

Gil lo leyó en su periódico El Universal en una nota de Jennifer Flores: El 1 de octubre de 2024, López-Gatell asistió a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum. “En redes sociales, el médico expresó su reconocimiento a Sheinbaum y al salir de la Cámara de Diputados fue cuestionado acerca de si ocuparía un cargo en este nuevo gabinete, a lo que respondió: ‘Se hará público en el momento que sea necesario’. El 11 de noviembre de 2024, recibió el premio Carlos Montemayor, otorgado por el gobierno federal a personas comprometidas con el cambio social. Tras su última aparición pública, López-Gatell se ha mantenido alejado de la política y, hasta ahora, no ocupa un cargo en el gabinete de Sheinbaum. Según la Nómina Transparente de la Administración Pública Federal, regresó a ejercer como médico especialista en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, con un sueldo bruto mensual de 22 mil 526 pesos. Desde luego esto último no es verdad, pero si lo fuera, a Gamés le parece un salario altísimo. Para lo que sabe hacer, él debería pagar por ocupar un modesto cargo de hospital.

Más de Ignatieff

Gil ha citado en este espacio a Michael Ignatieff entrevistado por la revista digital Ethic.

Gil vuelve a sacar algunas ideas de esa entrevista:

Los medios de comunicación del siglo XXI sitúan los acontecimientos, casi de inmediato, en dos narrativas polarizadas. Para la mitad de Estados Unidos, este es el amanecer de un nuevo día. La otra mitad piensa que es el fin de la civilización tal como la conocemos. Ninguna de las dos estará en lo cierto.

Todo es muy raro, caracho, como diría Lacedemonia: “No corra tu lengua más que tu entendimiento”.


Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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