Cenizas, mentiras y voladas

Ciudad de México /

Gil se encuentra en alerta máxima: aumenta la actividad del volcán y cae más ceniza; además, arrecia la intensidad de los insultos piroclásticos en la mañanera y llueven mentiras, si éstas se barren tapan las cañerías y ocasionan borbotones de palabrería, hay que disolverlas en agua, mínimo. Dice el Presidente que no hubo ninguna expropiación de los tres tramos propiedad concesionada del Grupo México que tomó la Marina en Veracruz. Liópez contó que habló dos veces con el empresario Larrea y éste le aseguró que no dejara de preocuparse, o como se diga, pero que luego exigió el pago de 9 mil 500 millones de pesos. “Así ya no se puede”, dijo Liópez Obrador, razón por la cual emitió un decreto y la Marina tomó las instalaciones de Ferrosur. Desde luego, no se trata de una expropiación, los ferrocarriles seguirán utilizando los caminos de hierro, oh, sí, y el Presidente está de acuerdo en que la autoridad haga el avalúo para pagar las indemnizaciones del caso. O sea, que quede claro, no se trata de una expropiación de nada, como dijo el secretario de Gobernación, Adán Augusto López. ¿Oyeron bien?

El Presidente: “Les dijimos vamos a arreglarnos, como no había respuesta, o la había pero en el sentido que ellos sostienen, dicen que nos daban la pasada. Si no estamos pidiendo el derecho de paso. Esta concesión o tramo de concesión tiene que restituirse y nosotros buscando un acuerdo les damos el derecho de paso, pero la vía, que es de la nación va a regresar al dominio de la nación por seguridad nacional y por interés público y es completamente constitucional y legal”. Y ábranla que lleva bala.

El borrego

Larrea quiso encarecer el producto, ni duda cabe. Los empresarios, con razón, protestaron y afirmaron que se trataba de una pésima señal para los inversionistas.

Un borrego salió a la vía pública, les llaman voladas en las redacciones de los periódicos, noticias falsas: que Larrea no compraría City Banamex, “no pagaré 7 mil millones de dólares por algo que mañana me pueden quitar”. Borregazo que durante algunos minutos muchos creyeron. Gilga no aprende: nada de lo que aparezca en redes sociales es verdadero si no se acompaña de las fuentes probadas del asunto. Total, duro y dale con la defensa de los proyectos prioritarios y aléguenle luego a las fuerzas armadas.

Garduño, cerca y lejos

Gamés lo leyó en una nota de la redacción de Aristegui Noticias: “el titular del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, afirmó que duerme tranquilo ya que el día del incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez que dejó 40 migrantes muertos  él estaba lejos del lugar de la tragedia”.

Dirán la misa Morena, pero este señor Garduño sigue en su cargo y no ha sido llamado a rendir cuentas porque es amigo del Presidente, se encuentre a un metro o a mil del lugar en el que murieron 40 personas en trágicas condiciones: “Yo estaba a mil 800 kilómetros de distancia del suceso, no podía llegar en tres minutos a una conflagración que provocaron con dolo dos venezolanos y empleados del instituto que irresponsablemente no localizaron la llave”.

Ah, se les perdió la llave, ese fue el problema. De hoy en adelante se harán copias, muchos llaveros y problema arreglado.

Garduño dijo que no ha pensado en renunciar al cargo y que será el presidente Liópez Obrador quien decida si continúa o no frente al INM. Liópez ya decidió conservarlo en el cargo, eso que ni qué: “Duermo tranquilo, yo solamente soy un empleado más, soy parte del equipo y no conozco las decisiones del Presidente en torno a mi cargo; sin embargo, nunca me escondí para hacer frente a la tragedia en Ciudad Juárez”.

Garduño indicó que nunca estuvo desaparecido, pues recordó que su primer trabajo fue recorrer hospitales y trasladar a los afectados a las áreas especializadas. Qué cachaza la de Garduño:“Yo he estado constante. He atendido a los heridos desde que conocí el incidente, estuve ahí a las 5 de la mañana del día martes. Mi primera misión fue visitar los hospitales, ver las condiciones, conocer las partes, trasladar a los heridos a hospitales de más especialidad, después atender a la devolución de los cuerpos”.

Así las casas (muletilla patrocinada por el licenciado Bartlett), el funcionario público que se encuentre lejos de algún problema de su incumbencia será automáticamente absuelto de cualquier culpa. ¿Cómo la ven?

Todo es muy raro, caracho, como diría Sófocles: “Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja”.


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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