Gil abandonó el mullido sillón y caminó sobre la duela de cedro blanco con las manos entrelazadas en la espalda mientras leía su periódico El Universal (Gamés les recuerda que para que esta acción suceda se requiere de una persona amable y paciente). Si usted es uno de esos optimistas que considera que la educación en México va bien, siga leyendo; y si usted es una de esas personas pesimistas que asegura que vivimos una catástrofe educativa, lea para documentar su pesimismo.
Un análisis de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) reveló que, excepto segundo de primaria, que pasó de panzazo las pruebas de lectura, el resto de los alumnos de segundo a sexto de primaria y los de secundaria, están reprobados. Es decir, tenemos niños y jóvenes que no saben leer de corrido.
En estas pruebas se midieron cuatro aspectos: analizar la estructura de los textos, integrar la información y realizar referencias, localizar y extraer la información, y fluidez lectora. De los ocho grados evaluados de primaria y secundaria, sólo uno obtuvo un porcentaje arriba de 60 y fue segundo de primaria con 61.9. Vamos muy bien. Gilga propone que en la mañanera se exhiba en la pantalla un mensaje. “no empiecen a ‘sacar’ noticias falsas de toda falsedad, conservadores, ya los conozco”.
Ni sumar ni restar
Los resultados obtenidos en Matemáticas fueron peores, pues de segundo de primaria a tercero de secundaria, la calificación más alta fue en segundo de primaria con 57.3 aciertos logrados. O sea, los niños mexicanos con trabajos suman y restan. Vamos muy bien.
En su análisis de los datos, Mejoredu indica que los estudiantes que cursaron el cuarto y quinto grado de primaria en el ciclo 2022-2023, caracterizados por cursar los dos grados previos durante la pandemia, fueron los que obtuvieron los resultados más bajos. La pandemia arrasó con todo, incluyendo la educación, pero no hay un plan de recuperación de lo perdido.
Marco Fernández, especialista del Tecnológico de Monterrey y de México Evalúa, consideró que el gobierno no le ha prestado la importancia debida a atender el abandono y rezago escolar que, resaltó, son los problemas actuales más importantes en los que deben centrar esfuerzos. Antes al contrario, la SEP se ha concentrado en acciones realizadas de forma opaca, sin inversión a la capacitación docente, sin claridad pedagógica o estructural, por lo que no se tiene certeza en cómo ayudarán a los alumnos para avanzar en el aprendizaje.
Teresa Gutiérrez Cortés, coordinadora especialista de proyectos en Mexicanos Primero, quien fue parte de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) —sustituido por Mejoredu en este sexenio—, sugirió que los resultados publicados sean utilizados para armar una estrategia integral.
¿Cuántos años gastará México en regresar a ese momento educativo, de por sí catastrófico, anterior a la pandemia y al gobierno de Liópez? Agreguen ustedes, lectora y lector, los delirantes libros de texto.
Gil apunta con el dedo flamígero: las pérdidas materiales, la destrucción digamos física, se recupera reponiendo lo que se demolió, pero dos generaciones de mexicanos que no saben leer, sumar y restar, ¿cómo? Que alguien, por piedad, le explique a Gilga.
Motos
Gil apuesta doble contra sencillo: todos los que circulan por las calles y avenidas de la Ciudad de México se han confrontado alguna vez con un motociclista. Cada día los conductores de automóviles, los ciclistas y los transeúntes padecen a los motociclistas.
Se pasan los altos, toman calles en sentido contrario, zigzaguean en avenidas. Una monserga, un peligro.
Gil lo leyó en su periódico El País: “el gobierno de la Ciudad de México endurece las reglas para las motocicletas, un vehículo que ha triplicado su presencia en calles y avenidas desde 2017 y se ha multiplicado por diez en la última década. De acuerdo con la Secretaría de Movilidad, en 2012 había unas 59 mil motos circulando en la capital. En 2022, la Secretaría tiene registro de 528 mil unidades que forman parte del parque vehicular”.
Gil leyó la noticia no sin entusiasmo: las autoridades sancionarán a los motociclistas que cometan alguna de las siguientes faltas: transportar a menores de 12 años, no usar casco durante sus trayectos, transportar a más personas de las permitidas en una motocicleta, conducir sin licencia vigente, circular sin placas.
Uff. No vayan a endurecer tanto las sanciones a los motociclistas, qué duros (escrito esto sin la menor intención de un albur). Mju. Es que de veras. Dicho de otro modo, los motociclistas seguirán infringiendo las leyes de tránsito a todas horas.
Todo es muy raro, caracho, como diría Miguel de Unamuno: “Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee”.
Gil s’en va