Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil se devanaba los sesos: ¿cuándo, en qué momento una franja de la sociedad mexicana rompió un espejo enorme para ser castigada con 7 años de mala suerte? En esto pensaba mientras veía el regreso de la Presidenta al Zócalo, que al parecer escrituró para sí el gobierno de Sheinbaum.
Las protestas de descontento contra el gobierno fueron, según los propagandistas de Morena, pagadas desde el extranjero, inducidas por empresarios traidores a la Patria, medios de comunicación carroñeros, buitres, en fon. La de ayer fue, más sin en cambio, o como se diga, en defensa de la transformación: “Que nadie se equivoque, los jóvenes en su mayoría están con la transformación de la vida pública de México”.
La bandera, que al parecer también han comprado en el mercado de la Patria, izada; la plaza a reventar y los contingentes de maestros del SNTE, obreros de la CROC, petroleros del STPRM, mineros, campesinos, burócratas y colonos de las alcaldías gobernadas por Morena aguantaron el sol que rajaba piedras.
Beatriz Guillén y Ernesto Núñez de su periódico El País reportaron que en las calles aledañas al Zócalo, cientos de autobuses y microbuses que transportaron a los asistentes desde la madrugada cortaron la circulación. Por cierto, según se dice, no asistió la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) del senador Pedro Haces. Tal vez tuvieron fiesta y terminaron tardesón. “Me comunican que somos más de 600 mil personas”, dijo, cuando se oyó el grito de “¡no estás sola!”.
A la baja
El año baja la cortina y la Presidenta mantiene su alto nivel de aprobación, pero comienza a resentir el desgaste, especialmente tras el asesinato de Carlos Manzo; las manifestaciones alentadas por jóvenes y dirigentes opositores y las protestas de transportistas y campesinos. Su aprobación baja y ella misma explicó, en el video de la convocatoria, que el de hoy es un “acto de defensa de la transformación” después de una “campaña de ataques de un mes”.
Y duro y dale: “En estos días se ha demostrado que por más campañas sucias que paguen en las redes sociales, por más compras de bots, por más alianzas con grupos de interés, por más consultores de comunicación que contraten para inventar calumnias y mentiras, por más intentos de hacer creer al mundo que México no es un país libre y democrático, por más que hagan eso, ¡no vencerán al pueblo de México ni a su Presidenta!”.
El acto ha seguido una estructura muy similar a la de la celebración de su primer año de Gobierno, escriben Guillén y Nuñez. La mandataria ha mencionado algunas cifras económicas de este 2025: récord en inversión extranjera, subida del salario mínimo, el control de la inflación, creación de empleo formal, las reservas del banco de México y la fortaleza del peso. “El modelo económico funciona y da resultados. Estamos demostrando todos los días que es posible desarrollo con justicia social; otro logro del presidente de López Obrador y de nuestro primer año”. Faltaba el ex presidente Liópez.
Más dinero y más promesas
La Presidenta aprovechó la convocatoria para recordar sus planes de vivienda, de educación e infraestructura. Ha celebrado que el Tren Maya ha trasladado (ado-ado) ya a 1.2 millones de pasajeros (unos 3 mil 200 viajeros diarios, lo que es el 5% de lo que estaba proyectado, según documentó su diario El País), y ha agradecido a los diputados y senadores de Morena la reciente aprobación de la nueva Ley de Aguas.
Además, la presidenta ha recordado la soberanía del país frente a Estados Unidos, justo después el primer encuentro cara a cara con Trump por el sorteo del Mundial 2026. En Washington también se reunió con migrantes mexicanos, a los que ha tenido presentes este sábado: “Saludamos a nuestros hermanos migrantes desde este Zócalo vibrante. No solo ayudan a su familia, sino que son necesarios para el desarrollo de nuestro vecino país”.
Dicho lo cual: todo marcha bien, Gil se felicita y felicita a todos los que sean felicitables como los hijos del ex presidente Liópez, Adán Augusto y Monreal, que volvieron al primer círculo. Pórtense bien, muchachos
Todo es muy raro caracho, como diría Eduardo Manzano, el gran Polivoz: “Gáname, Mostachón”.
Gil s’en va