Gil lo leyó en el portal de su MILENIO Diario. La nota de Amílcar Salazar da puntual noticia de un asunto que Gilga no comprende, o sí. “Una de las principales instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum es impulsar una formación humanista dentro de las fuerzas armadas que combine el conocimiento técnico con liderazgo y valores”, según explicó en entrevista el general de brigada Rubén Darío Díaz Esparza, nuevo director general de Educación Militar y rector de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea.
“Tenemos la intención —y es la instrucción de nuestra Presidenta— de incluir dos elementos fundamentales en la educación castrense: humanismo y liderazgo estratégico, operacional y táctico”, explicó a MILENIO, tras la ceremonia de toma de posesión del cargo, la semana pasada en el Colegio Militar de Popotla.
Gil cavila: formación humanista dentro de las fuerzas armadas no es posible, estaríamos ante una contradicción in adjecto, es decir, “una contradicción en términos”, una contradicción entre el sustantivo y el adjetivo: militar humanista. No, pus no. Y añadió el general: que combine el conocimiento técnico con liderazgo y valores. Si tenemos que seguir los valores militares no cuenten con Gilga, en serio y seria.
Esta idea que introdujo e impuso el ex presidente Liópez de darle todo al ejército: seguridad, aduanas, construcción, aeropuertos, le ha parecido a Gil una locura para una posible democracia, más bien un intento para la creación de un estado militar, que la boca y las manos se la hagan chicharrón a Gamés, pero a las pruebas se remite.
¡Firmes!
Y la Presidenta ha seguido sin chistar esa idea de que el Ejército se haga cargo de todo, les falta la SEP, por cierto. Si van a ser humanistas, podrían educar a la niñez mexicana. Niños, de pie: buenos días, señor general. Mi mamá le mandó esta manzana, general.
Díaz Esparza, con cuatro décadas de trayectoria, subrayó que su labor no se limita al ámbito académico, sino que implica una visión ética integral. ¡Madre mía!: una visión ética integral: “Nuestra misión es cumplir con los objetivos educativos, pero con una importante carga axiológica”. Ándale, una carga axiológica, chispiajos. "No podemos separar el conocimiento técnico de los principios que nos definen. Son parte de nuestra fisionomía como militares. Son convicciones que se fortalecen a lo largo de toda la carrera”. Ave María purísima, sin pecado concebido.
El general recordó que esta formación comienza desde el primer día como cadetes: “Valor, espíritu de cuerpo, lealtad, patriotismo y disciplina; son principios fundamentales que nos acompañan siempre, tanto en la formación como en la acción”. Ay, Dios mío. ¿De verdad: lealtad, valor y disciplina? Y la libertad y la imaginación, ¿no le laten, general?
“La juventud hoy está más informada que nunca. Tienen acceso a herramientas tecnológicas que influyen en su formación y pensamiento. Debemos entender esa transformación y adecuar nuestros modelos educativos a esta nueva realidad”. El general debería tomar el cargo de Mario Delgado. De verdad, están viendo y no ven.
Libertad y disciplina
“La libertad es lo que hacemos con lo que nos hacen”, escribió Sartre. Actualmente, el sistema educativo militar cuenta con 44 planteles, con programas que van desde capacitación técnica hasta doctorados. Gil jamás ha dudado de la capacidad del conocimiento que puede acumular la educación militar, pero humanista, van a perdonar, eso no será nunca. “Formamos médicos, ingenieros, pilotos aviadores, oficiales para el Ejército, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional. También ofrecemos posgrados como el doctorado en seguridad nacional”. En esto Gil sí está de acuerdo, entonces para qué ponerle el adjetivo de humanista.
El general invitó a las y los jóvenes a considerar esta vía de formación profesional: “Hay un abanico de oportunidades y una formación integral. Apostamos por la excelencia académica, pero también por la convicción patriótica. Esta es una vocación de servicio al país”.
Originario de la Ciudad de México, informa su periódico MILENIO Diario, el general Díaz Esparza ingresó al Colegio Militar en 1982. Su carrera incluye cargos operativos, académicos y diplomáticos, tanto en el país como en el extranjero. Fue agregado militar en Estados Unidos, profesor en West Point, jefe de Estado Mayor en dos regiones militares y director del Colegio de Defensa Nacional. Destaca también su formación internacional. Cursó estudios de operaciones psicológicas y contra terrorismo en Georgia y en el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad. En China, realizó el Curso Superior de Mando en la Universidad de Defensa Nacional del Ejército Popular de Liberación. Pues el general se las trae.
Todo es muy raro, caracho como diría Jean Paul Sartre: “El hombre está condenado a ser libre”.
Gil s’en va