Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil leía la nota de Eduardo Dina en su periódico El Universal: de que el Presidente traía una infección en el ojo. Unos meses atrás de que termine su gobierno, en septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló cuál será su último acto público como titular del Ejecutivo Federal.
En su conferencia mañanera Liópez bromeó también que en el retrato oficial que dejará en la Galería de los Presidentes no saldrá con un “tutupiche”, infección en el ojo derecho con la que apareció desde el pasado viernes. El sentido del humor de Liópez es grande. Ji.
“Sí vamos a celebrar el día 15 (de septiembre), es el Grito (...) Celebramos el inicio y no cuando se consuma la Independencia 10 años después (...) Fíjense la sabiduría del pueblo de México, la sensibilidad del pueblo de México, nos gusta más el que grita, el que inicia la Independencia que el que la consuma (...)”. Gran sabiduría del pueblo; celebrar el principio de la guerra de Independencia y no la consumación. Me cae que sí: ¡hip-hip-hurra!
“Entonces ese es un día importante, por eso es el gran festejo de los mexicanos, el Grito de Independencia, entonces ese va a ser el acto con el que me voy a despedir, pública, políticamente. Después está el acto, vamos a decir, protocolario, formal, de la entrega de la banda, que eso es el día primero de octubre en el Congreso”. Ya, llegó la bandaaa. De acuerdo, pésimo chiste.
El retrato
Sobre su retrato oficial, el Presidente indicó que ya lo están haciendo pero no quiso dar detalles: “No quiero poner nervioso al pintor”. ¡Simpatías!
Si Gil fuera el artista pintaría a un gigante, un ser inabarcable, algo inconmensurable perdido en gritos: ¡viva la Independencia de México! Gilga ya lo dijo: el que mucho se despide…
Liópez ha recordado que el cuadro oficial tendrá de fondo al Zócalo de la Ciudad de México y no una oficina. Faltaba más, ¿un pequeño gabinete? ¡No! El Zócalo.
“No podría yo tomarme una foto o que me hagan una foto en una oficina, mejor el Zócalo, pero yo espero que ya vaya avanzado. Y sí les puedo asegurar una cosa: No voy a salir con el tutupiche”. Ah, ja, ja, qué gran sentido del humor.
Equipo
César Yáñez, subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, dejará su cargo para sumarse al equipo de la aspirante presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, confirmaron fuentes de la dependencia que encabeza Luisa María Alcalde.
Yáñez sale del frigider. Después de aquella boda que lo mandó a la fría bodega de la política, éste vuelve. No aguantan nada, una bodita con sus mesas y sus luces y sus vinos. Ay, de veras. Pero nada le hace, Yáñez ha vuelto. Pero, oiga, César, no se vaya a casar otra vez y sea usted víctima de la austeridad Republicana. Ahora, si se casa de nuevo en secreto y en harapos, sí se le perdona. ¿Quién se casó? Unos mendigos del rumbo. Con razón la ropa raída.
En junio de 2022, el presidente López Obrador designó a Yáñez como subsecretario en Segob. Al inicio del sexenio Yáñez fue coordinador general de Política y Gobierno en Presidencia de la República con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se trata de uno de los colaboradores más cercanos del Presidente, de su primer círculo, quien lo acompañó como vocero en las tres campañas del político tabasqueño por la Presidencia de la República.
Pues ya está con Claudia el señor Yáñez, que además le sabe toda la historia al Presidente y a la candidata, pero le gustan los foquitos de las bodas. César: te invito a mi equipo, pero no te vayas a casar con fastos y fastas. No, señora, yo ya quedé curado de austeridades. De hecho, me compré unos tenis viejos en el tianguis.
Todo es muy raro, caracho, como diría Anatole France: “Afortunadamente no tenemos por qué parecernos a nuestros retratos”.
Gil s’en va