Estados Unidos, Irán y un desayuno

Ciudad de México /

Gil leía las noticias del conflicto entre Estados Unidos e Irán. El pleito trae en su cauda un convoy militar iraní arrasado con drones estadunidenses, el asesinato del general Soleimani y un avión de Ukraine International Airlines derribado, por error, con 176 de pasajeros. Como sea, algo va mal.

Gamés leyó la mejor y quizá la única semblanza aparecida en la prensa mexicana escrita por Isabel Turrent sobre el general Soleimani, finísima persona, por cierto; Gilga leyó a Maruan Soto Antaki en su periódico MILENIO, quien escribe que “no solo es Estados Unidos, es Irán y Siria y Rusia, Líbano e Israel, Irán e Irak”.

Gil leyó a Enrique Berruga en su periódico El Universal, el cierre de su artículo dice así: “La crisis iraní sacudió el tablero de la política internacional. De alguna manera, en estos días nació el mundo que conoceremos en el futuro”.

Gamés buscó y rebuscó el artículo de Jorge Castañeda en el blog de Nexos y lo encontró: “La guerra de Irán no tendrá lugar. (versión Farsi de Giraudoux)”, título en alusión al libro de Jean Giraudoux: La guerre de Troie n’aura pas lieu. Castañeda tuvo razón y escribió: “En todo caso, guerra no habrá. Paz, lo que se dice paz, tampoco”.

Historia, maestra de nada

Gilga pidió una ayuda de memoria a amigos que saben del asunto y no lo malquieren. De entre todo cuanto llegó al amplísimo estudio, las notas de Raudel Ávila le fueron útiles para recordar. Con información de la BBC y notas periodísticas es posible remontar la historia de desavenencias entre Estados Unidos e Irán a 1953. Ese año, las agencias de inteligencia estadunidenses y británicas orquestaron un golpe de Estado para derrocar al primer ministro Mohammad Mossadeq, un líder democráticamente electo, modernizador y favorable a la occidentalización de su país. Mossadeq no era un líder de extrema izquierda ni un comunista, sino un dirigente que buscaba afanosamente la modernización de su país y tomaba como modelo, paradójicamente, a Estados Unidos y Reino Unido. Era un dirigente carismático que combinaba modernidad y tradición. Gozaba de un respaldo popular muy significativo.

El error de cálculo de las potencias occidentales les garantizó acceso al petróleo iraní, pero despertó una ola de resentimientos entre la población iraní contra toda intromisión occidental. Los modernizadores se sintieron traicionados por Occidente y empezaron a desconfiar. Los tradicionalistas presumieron que siempre tuvieron razón y que no había motivos para confiar en las potencias occidentales.

La teocracia

En 1979, una serie de movilizaciones populares apoyadas por dirigentes religiosos y seculares desterró a Mohamed Reza Pahlevi, el shah de Irán, apoyado por Estados Unidos. Dos semanas más tarde, el dirigente religioso ayatola Khomeini regresó del exilio y, tras un plebiscito, proclamó la República Islámica de Irán el primero de abril. Las fuerzas modernizadoras y secularizadoras de Irán resultaron definitivamente derrotadas. Se instaló una teocracia que, con algunos ajustes, sigue gobernando aquel país hasta la fecha.

En noviembre del mismo 1979, la embajada de Estados Unidos en Teherán fue asaltada por activistas violentos y tomaron rehenes estadunidenses durante 444 días. Los últimos 52 rehenes estadunidenses fueron liberados hasta 1981.

La toma de rehenes supuso un momento traumático para Estados Unidos. Por un lado, funcionarios gubernamentales eran secuestrados por un país del tercer mundo. Por otro, el presidente Jimmy Carter parecía incapaz de resolver la crisis y rescatar a los norteamericanos. A Carter, el incidente y la demostración de debilidad le costaría su reelección y resultó derrotado por Ronald Reagan en las elecciones presidenciales de 1981. En Estados Unidos se generó un extendido sentimiento antiiraní por el secuestro de connacionales que aún persiste.

Entre 1985 y 1986, el gobierno de Reagan hizo llegar clandestinamente cargamentos de armas a Irán a cambio del apoyo del gobierno de Teherán en el rescate de estadunidenses secuestrados por Hezbollah en Líbano. El dinero obtenido con la venta de armas se canalizó a las contraguerrillas nicaragüenses en lo que se conoció como el escándalo Irán-Contra.

Mañana, Gil pondrá en este trozo de la página del fondo y del directorio algunos otros breves capítulos de esta desaforada historia en la que Estados Unidos e Irán se han enfrentado.

El desayuno

El gobernador Corral de Chihuahua le hizo el desayuno al presidente Liópez Obrador: le ofrecí un modesto pero sabroso desayuno en el que preparé frijoles de la olla y también le hice rayadas de Parral.

Caracho, todo es muy raro, como diría Gil Gamés: “No solo de hombre vive el pan”.


Gil s’en va

gil.games@milenio.com

  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS