Imágenes de una elección

Ciudad de México /

Las últimas cifras de las elecciones circulaban en los periódicos, la radio y la televisión. Gilga no sabe mucho de números, pero en cambio le interesan las caras y los caros, razón por la cual ofrece estas viñetas del día de la elección.

Santiago Creel

Siempre presente en las grandes derrotas. La imagen de Creel ofrece el retrato de un hombre que siempre está a punto de romper a llorar. A Gil lo conmovió don Santiago. Sí, peina canas, pero eso no importa, lo importante lo revela su gesto del fin del mundo. Y ciertamente tal vez un mundo ha terminado. Creel lloraría si obtuviera la candidatura del PAN y la alianza a la Presidencia.

Mientras Ale del Moral decía, porque lo dijo, que habían ganado la elección, la cara de Creel era de una tristeza estremecedora. Cuando salió Del Moral a decir que había perdido, la cara de Creel era para tirarse al suelo, Gil quiso derramar lágrimas de sal desdichada. ¿Podría Creel ser el candidato de la oposición? Ay, mis hijos.

Mario Delgado

El avispón verde es una broma comparado con la fuerza y la velocidad marcial de Mario (ma-ma) Delgado: “nos los rechingamos”, gritaba. Y tomó el micrófono. Gamés tuvo la impresión durante cinco minutos que Delgado era el nuevo gobernador del Estado de México. Cantó los éxitos, que no son pocos, por cierto, de Morena. Agradeció a Horacio Duarte, a Higinio Martínez, a los electores de Morena.

A su lado estaba una señora de estatura más bien baja, tímida, que le sonreía al horizonte del triunfo. Ella se llama Delfina Gómez.

Delfina Gómez

Luego de muchas presentaciones, Mario Delgado llamó a la maestra y dijo que ella era la nueva gobernadora del Estado de México. ¡Bravoo! ¡Vivaa! La nueva gobernadora electa dio un discurso breve, cursi, ridículo, elemental. La ganadora se puso una camiseta que decía “ganamos” y dejó que Delgado le alzara la mano. Higinio y Horacio hacían números con su calculadora.

Armando Guadiana

El gran caricaturista Rius no habría imaginado al candidato Guadiana con su sombrero y su bigote. El personaje es tan obvio que el gran Rius no se habría prestado a dibujar ese lugar común, como los que dibujan los moneros orgánicos del Presidente. En un gesto que lo ennoblece, Guadiana dijo en algún momento que las tendencias no lo favorecían, perdió nada más por 36 puntos, ¿o cuántos? Bajita la mano Berdeja, que le fastidió la elección a Morena, se levantó un porcentaje interesante, sus 14 o 15 puntos.

Alfredo del Mazo

Vigoroso, echado pa’lante, incapaz de negociar los principios de su partido, ups, el gobernador Del Mazo se fajó como los buenos el día de la elección. Del Mazo siempre ha parecido un maniquí; se dice que toda la elección estuvo en el museo de cera, por eso nadie lo encontró. Otras versiones afirman que estuvo en la piecera de su cama, ahí donde estuvo, dicen, la pequeña Paulette, ¿se acuerdan? Luego salió de su escondite y puso un tuit tan obsecuente con sus adversarios que se ganó los elogios del presidente Liópez.

Del Mazo no es el primero que salva el pellejo cediendo a las extorsiones del gobierno; ahí están para empezar Peña Nieto, gran jefe desvergonzado, ¿cómo andamos de novias, Enrique?; Omar Fayad en Hidalgo, Quirino Ordaz en Sinaloa, Carlos Joaquín en Quintana Roo, Claudia Pavlovich en Sonora.¿Qué embajada le toca a Del Mazo? Oigan, ¿y Eruviel? Lo mismo: patas para que me sirven.

Alito

El hombre que se adueñó  del PRI vistió una playera que decía Alito; así, como si Gil se pusiera una camiseta que dijera Uno hasta el fondo, no es mala idea por cierto. Echó fuego por la boca. Alito siempre le ha parecido a Gilga como el alumno ojete de segundo de secundaria. Tal vez sea la descripción más exacta de este dirigente, pero con menos IQ. Órale, wey, vente al callejón de los madrazos. Se ve trompo Alito.

Acompañado de Marko Cortés y Jesús Zambrano, Alito denunció la elección de Estado. No le falta razón, a él y sus aliados lo que les falta es un candidato o una candidata. Marko trae entre ceja y ceja al lloroso Creel. Por cierto, no tienen prisa, a finales de junio pondrán las reglas para elegir a su candidato o candidata. Es que de veras.

Todo es muy raro, caracho, como diría Gómez de la Serna:  “La leche es agua vestida de novia”. 

Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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