Irán, Estados Unidos: ni guerra ni paz

Ciudad de México /

Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil metió su cuchara en la olla del mondongo de las relaciones entre Estados Unidos e Irán. En 1988, el barco de guerra estadunidense USS Vincennes disparó contra un vuelo de pasajeros civiles de Iran Air y mató 290 personas. Estados Unidos dijo que confundió el Airbus A300 con un jet de guerra. Qué rápido se olvida todo, meditó Gilga. La mayor parte de las víctimas eran peregrinos iraníes en camino a la Meca. En su discurso del estado de la Unión de 2002, el presidente George Bush, hijo, denunció que Irán formaba parte del “eje del mal” con Irak y Corea del Norte.

En 2002, un grupo de oposición iraní reveló que Irán estaba desarrollando instalaciones nucleares, incluyendo una planta de enriquecimiento de uranio. Estados Unidos acusó a Irán de tener un programa clandestino de armas nucleares, cosa que Irán negó categóricamente. A los señalamientos siguió una década de desencuentros entre los inspectores nucleares de la Organización de las Naciones Unidas y el gobierno de Teherán.

Las sanciones diplomáticas y económicas de Estados Unidos y la Unión Europea contra la reticencia iraní a recibir inspectores provocaron la devaluación de la moneda iraní (perdió dos tercios de su valor) durante el gobierno del ultraconservador Mahmoud Ahmadinejad.

Insólito

Sin pensamientos de tornillo, rebuscados o retorcidos, en septiembre de 2013, un mes después de la toma de posesión del nuevo y moderado presidente iraní Hassan Rouhani, el presidente de Estados Unidos Barack Obama lo llamó por teléfono. Una llamada semejante, de tan alto nivel, no había ocurrido en más de 30 años.

En 2015, después de intensos años de negociaciones, Irán aceptó un acuerdo de programa nuclear con supervisión internacional para uso exclusivamente civil y energético con un grupo de potencias conocidas como el P5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania).

Fue uno de los más grandes éxitos diplomáticos del gobierno de Obama, relatado a detalle por su asesor de seguridad nacional Ben Rhodes en sus memorias El mundo tal y cómo es.

Criticado por Israel que seguía desconfiando del gobierno iraní, Obama siguió adelante. A cambio de todo lo anterior, el gobierno de Irán obtenía el levantamiento de las sanciones económicas contra su país.

Dado a los demonios, en 2018, Trump abandonó el acuerdo nuclear con Irán (lo calificó como “el peor acuerdo jamás negociado”) logrado por Obama. Después, Trump reincorporó las sanciones económicas contra Irán y amenazó con hacer lo mismo a países y empresas que le compraran petróleo. La medida ocasionó una recesión en Irán.

Trump propuso negociar un nuevo acuerdo nuclear que no fue aceptado por Irán. Las potencias europeas, sobre todo Francia y Alemania, trataron de mantener vivo el acuerdo con Irán por cuenta propia. En mayo de 2019, las sanciones contra las exportaciones petroleras de Irán se habían intensificado sensiblemente y en respuesta, Irán inició una campaña de medidas de presión. El 20 de junio de 2019, Irán derribó un dron militar de Estados Unidos sobre el Estrecho de Ormuz. Estados Unidos alegó que sobrevolaban aguas internacionales, pero Irán sostuvo que estaban en espacio aéreo iraní.

Casi la guerra

El resto es agua que corre por el cauce del presente: en diciembre de 2019, Estados Unidos acusó a una milicia con respaldo iraní de un ataque de cohetes que mató a un contratista estadunidense en Irak. El gobierno de Trump respondió bombardeando bases asociadas con la milicia en Irak y Siria, matando aproximadamente 25 combatientes respaldados por Irán.

Los ataques estadunidenses a esa milicia provocaron indignación en Irak. En respuesta, la embajada de EU en Bagdad fue atacada por una multitud. Trump acusó a Irán de estar detrás de los disturbios en Irak y el ataque a la embajada, por lo que prometió que Irán pagaría “un muy alto precio”. El 3 de enero de 2020, el general iraní Qasem Soleimani fue asesinado en un ataque de drones estadunidenses al aeropuerto de Bagdad. El general controlaba las fuerzas iraníes y la relación con grupos locales ligados a Irán en todo el Oriente Medio. Washington lo consideraba un terrorista responsable de la muerte de numerosos soldados norteamericanos y supuestamente, según Trump, Soleimani estaba planeando nuevos ataques contra objetivos estadunidenses. Irán se comprometió a una “revancha severa” por la muerte de Soleimani y dijo que abandonaría definitivamente los límites de enriquecimiento de uranio que le imponía el acuerdo nuclear. Y en ésas estamos dice Gil no sin algunas bruticias, aun al borde de la guerra.

Todo es muy raro, caracho, como diría Anna Ajmátova: “Expertos en la fabricación de huérfanos”.


Gil s’en va

gil.games@milenio.com

  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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