La victoria y el odio

Ciudad de México /

Decía el clásico que todas las victorias engendran odio. Menos común es que el odio provenga de los vencedores. Nuestra historia reciente cuenta esta trama, los ganadores de todas, todas, odian a los vencidos, los persiguen, los exhiben, los maltratan.

Gil lo leyó en su periódico MILENIO en una nota de Rubén Mosso: “Un nuevo desencuentro se suscitó entre la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, y la ministra Lenia Batres. Esto ocurrió mientras el Pleno analizaba la reforma a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales que permite a los candidatos a jueces, magistrados y ministros poner dinero de su bolsillo para sus campañas”.

¿Qué opinó el Pleno sobre la reforma a la LGIPE? La mayoría de los ministros coincidió en que permitir que cada candidato ponga dinero de su bolsillo genera inequidad, porque no todos perciben el mismo sueldo, además que la Constitución prohíbe el financiamiento privado. ¿Cómo ocurrió el desencuentro entre las funcionarias?

No obstante, el roce entre las ministras derivó de la pregunta que planteó el ministro Javier Laynez Potisek, quien cuestionó si tendría que haber algún impedimento, porque las tres ministras afines a la cuarta transformación —Lenia Batres, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz— son candidatas.

Batres dijo que hay un criterio de la Corte que establece que tratándose de normas generales no procede el impedimento. Después, la ministra Loretta Ortiz manifestó que no hay nada que impida pronunciarse sobre el tema. La ministra Norma Piña le preguntó al ministro si con las respuestas había quedado aclarada su inquietud.

Pinten su raya

Lenia Batres manifestó que el Poder Judicial ha intentado bloquear el proceso de reforma judicial: “Si no se planteara un tema tan, digamos, relevante para la posibilidad del proceso mismo, tal vez podríamos estar considerando en serio lo de los impedimentos; sin embargo, como ha sido una constante no solo en este Pleno, sino en el Poder Judicial el tratar de obstruir el proceso (de reforma judicial), como podría, incluso, interpretarse en una declaración de inconstitucionalidad de esta norma, yo creo que no podríamos estar renunciando a opinar sobre esto”.

Norma Piña dio la palabra a otros ministros, y cuando terminaron de hablar, la presidenta de la Corte manifestó: “Yo rechazo los adjetivos hacia el Poder Judicial, de la ministra Batres, incluso, creo que no es un tema de debate en este asunto, pero cada quien es libre de expresar lo que considere conveniente dentro del respeto que nos merecemos todos. Tome votación…”.

Y Lenia Batres al ataque: “Perdón, ministra. Por alusiones, yo rechazo cualquier —nuevamente— cualquier insinuación de que la suscrita le falta al respeto a este Pleno y sigo manifestando y reivindicando que tengo el derecho de externar los puntos de vista y de responder también a la discusión que se hace sobre este tema, ministra Presidenta”.

Y Norma Piña reviró: “Sí, creo que entendió mal, porque no me refería en esta ocasión a usted”.

Lenia Batres: “¿A quién se refería, perdón?”.

Norma Piña: “En general, al respeto que nos debemos unos a otros”.

Lenia Batres: “Está bien”.

La verdad sea dicha (muletilla patrocinada por todo Morena), Norma Piña ha sido en estos tiempos una defensora de la democracia, una ministra de una pieza ante los ataques infames del ex presidente Liópez.

Tercia de reinas

Las ministras Lenia Batres, Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel se presentaron en el evento por el aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, que se realizó en el estado de Querétaro y fue encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien había asegurado que no había invitado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Obvio: las tres ministras asistentes son aliadas al proyecto de la Presidenta, y se sentaron en las primeras filas de asientos del Teatro de la República, recinto donde se realizó la ceremonia protocolaria a la que no fue convocada la ministra presidenta Norma Piña. En fon.

Todo es muy raro, caracho, como diría Balzac: “Si quieres triunfar, sé discreto, no seas ostensiblemente demostrativo”. 

Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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