¿Más es menos?

Ciudad de México /

Aunque la inercia a la baja se confirma con el paso de los años, el estancamiento de las cifras de violencia en un nivel altísimo define al gobierno de AMLO, incapaz de atajar esta tendencia en el país; ya lo sabíamos, pero duro y dale con que sí se contuvo

Gil encontró estos datos en un artículo de Pablo Ferri en su periódico El País: según los datos que ha divulgado este martes el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Historia (Inegi). De enero a junio de 2024, el país contó 15 mil 243 homicidios dolosos, 752 menos que en el mismo periodo del año anterior y mil 73 menos que en el primer semestre de 2022. Aunque la inercia a la baja se confirma con el paso de los años –15 mil 243 es el dato más bajo desde 2017– el estancamiento de las cifras en un nivel altísimo define al gobierno de Liópez, incapaz de atajar la violencia en el país. Esto ya lo sabíamos, pero a duro y dale con que se contuvo la violencia, ¿contener es sostener? Gil y el Inegi tienen otros datos.

México volvió a contar más de 15 mil asesinatos en el primer semestre del año pasado. Los datos de 2024, dice Ferri, deben entenderse además como parte de un contexto electoral. En el primer semestre del año, México vivió atrapado en una serie de precampañas, campañas y procesos de selección de candidatos a diputados, alcaldes, regidores y quién sabe qué más. A las contiendas electorales las marca la violencia, particularmente en la última década y media. Solo entre el 1 de marzo del año pasado, fecha oficial del inicio de las campañas, y el 2 de junio, se registraron 330 ataques contra figuras políticas.

Estos y los otros datos

La verdad sea dicha (muletilla patrocinada por Morena en pleno), los datos del Inegi suelen considerarse como los más fiables. A diferencia de la cuenta del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que toma en consideración la información de las investigaciones de las fiscalías, el Inegi guarda y recolecta la información de los certificados de defunción. En muchos casos, la información de las fiscalías varía con el tiempo –un homicidio culposo pude recalificarse como uno doloso, por ejemplo–, cosa que raramente ocurre en el caso del Inegi, cuando cierra su cuenta. De enero a agosto, cuando el instituto da las cifras definitivas, los números varían igualmente.

Según el comunicado que ha divulgado el instituto, la mayoría de asesinatos fueron perpetrados con arma de fuego, 73%, situación habitual de los últimos años. El Inegi no da detalles del comportamiento de los estados. El gabinete de seguridad, encabezado por el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, ha insistido desde que tomó posesión, a principios de octubre, que siete de los 32 estados de México concentran la mitad de los asesinatos que se cometen en el país: Guanajuato, en primer lugar, seguido de Baja California, el Estado de México, Chihuahua, Jalisco, Guerrero y Nuevo León. Según informó el gobierno hace semana y media, los asesinatos descendieron en seis de estos siete estados durante sus primeros 100 días, en todos menos en Guanajuato.

La carne es débil

Gil lo leyó en su periódico MILENIO. El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, señaló a un hombre como presunto responsable del robo del que fue víctima en 2024 durante un vuelo. Así como usted lo lee: Noroña encontró al autor de un robo. Y para eso son las redes sociales, Noroña compartió que le “dieron baje” con una cartera de carne durante su vuelo de Hermosillo a la Ciudad de México en Aeroméxico: “Pues todo indica que nos dieron baje con una cartera de carne en el vuelo de Hermosillo a la Ciudad de México. Cuando salió Horacio Flores, ya no estaba en el compartimento encima de los asientos 4E y 4F”. Nótese que Noroña viaja en premier. Bien hecho, senador.

Dos meses después, este martes, el legislador compartió una fotografía del presunto ladrón de su carne, quien está bajando del avión con sus maletas junto a otras personas. Siempre conceptual y serio en sus razonamientos, el aún presidente del Senado escribió: “Éste fue el cabrón que se robó mi carne cuando fui a Sonora. A ver si me pasan por lo menos el nombre”.

Devuélvanle su carne a Noroña, no sean canijos. ¿No están viendo lo difícil que está la situación? Y ustedes robándole la carne al prócer. Es que de veras.

Todo es muy raro, caracho, se le atribuye a Plutarco Elías Calles esta frase: “Si quieren la silla presidencial, fórmense”. 

Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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