Regalo de Navidad

Ciudad de México /

Gil se ha conmovido hasta la lágrima. Adán Augusto López Hernández, coordinador de los senadores de Morena, es generoso, hermano de sus hermanos, incluso barre si es necesario. Con la novedad de que el líder morenista compró 17 mil libros de Liópez y le regaló a cada senador de la bancada 260 ejemplares de Grandeza, la más reciente obra del ex presidente Liópez. El senador hizo cuentas y desembolsó siete millones de pesos. No se lo tomen a mal a Gil, pero se trata del pelo de un gato para Adán Augusto, quien ha ahorrado su buen dinero, producto desde luego de su salario. Los senadores repartirán al pueblo los libros del ex presidente. Eso es un hermano y no pedazos, carambas.

“—Bueno, pues hace uno el esfuerzo. Yo tengo la previsión de que con mis ahorros de este año… algunos regalan vinos, regalan corbatas, regalan quesos. Yo prefiero regalarles libros, no es la primera vez que regalamos libros”.

Pues ahorró su buen dinero. Oiga, Adán Asugusto (no es errata), y para el autor de esta página del fondo, ¿nada? ¿Todo para los periodistas independientes Álvaro Delgado y su escudero Alejandro Páez? Qué desigual el senador, carambas.

Adán Augusto: “Yo prefiero regalar libros, sobre todo de alguien que fue un gran presidente y sus libros generan mucha expectativa y el año próximo vamos a regalar el que salga seguramente a finales del próximo año”. Bien dicho, senador, el libro se llamará Gloria, pero compre el doble, tampoco se ponga compinche y desembolse de sus ahorros unos 14 millones. ¿Estamos?

Adán Asugusto López señaló que no ve esto “como un asunto de regalías para nadie, sino como una atención para mis compañeros por un artículo que les interesa y disfrutarán de su lectura y que les va a servir a muchos para su trabajo territorial”.

Pese a las evidencias de que cada senador recibió 260 libros, el ex gobernador de Tabasco afirmó que regaló 100 ejemplares a cada legislador de Morena, es decir, reconoció la compra de solo 6 mil 700 libros, no 17 mil 400. Da igual, no nos detengamos en naderías: los hermanos son hermanos y san se acabó.

Gran poder

Gil lo leyó en su periódico El País en una nota de Joaquín Patiño: “la presidenta de México suma otra victoria personal a ojos del planeta. Claudia Sheinbaum ha sido catalogada como la quinta mujer más poderosa del mundo, según una lista publicada este miércoles 10 de diciembre por la revista Forbes”. Eso, Patiño, así se escriben las notas, con enjundia, énfasis, valentía: “otra victoria a ojos del planeta”.

El nearshoring ha puesto a Sheinbaum en el centro de la transformación de manufactura en Norteamérica, según ha dicho la revista, además de haber hecho historia en 2024 al convertirse en la primera mujer elegida para la presidencia. Eso mero Patiño, bien glosado, Gilga se pone de pie y se quita el sombrero.

Mientras que la aprobación general en el mundo respecto a mujeres líderes en la política va a la baja —según explica Forbes—, con Claudia Sheinbaum la tendencia ha sido contraria. La presidenta de México obtuvo un índice de 78% de aprobación en su primer año al frente del Ejecutivo. Superó a su antecesor y mentor, Andrés Manuel López Obrador, que en su primer año logró un 77%. Ajúaa, qué bonito es lo bobito (no es errata).

De acuerdo con Linda Robinson, investigadora sobre mujeres y política exterior en el Consejo de Relaciones Exteriores, el número de mujeres jefas de Estado y de Gobierno fluctúa cada año, pero en general ha observado una ralentización constante, especialmente en el ámbito legislativo. “Las mujeres no se incorporan a la política al mismo ritmo que antes y estamos viendo desgaste. En términos numéricos, el liderazgo femenino simplemente se está estancando”. Anjá. Gilga colabortará (no es errata) a este desequilibrio cuando se ponga la falda, la peluca, las pestañas y el bilé. Me cae que estamos locos.

Todo es muy raro caracho, Gil lo oyó en la calle: “Los ladrones crecen en macetas de Morena”. 

Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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