Rulfo y la crítica

Ciudad de México /

Gil se acercaba sigiloso al fin de la semana. La película de Rodrigo Prieto le ha regresado actualidad a Juan Rulfo, de pronto Pedro Páramo regresa a las librerías y al interés de nuevos lectores; los otros, quienes lo leyeron hace muchos años, siempre pensaron que se trataba de una novela extraordinaria. En un entrepaño, este libro: La ficción de la memoria. Juan Rulfo ante la crítica. Selección y prólogo de Federico Campbell. Ediciones Era y Difusión Cultural UNAM. Gamés arroja algunos subrayados a esta página del fondo.

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Federico Campbell

Su única, magistral novela vio la luz de la imprenta el 27 de marzo de 1955, treinta y un años antes de que el autor jalisciense —nacido en Sayula, según el registro civil; en Apulco, según el propio Rulfo el 16 de mayo de 1917— muriera el 7 de enero de 1986 en la Ciudad de México. A los sesenta y nueve años. A partir de su última obra, que escribió a los treinta y siete años, Juan Rulfo optó por el silencio. Nunca explicó si lo asumía como una decisión estética. Se llevó su secreto a la tumba.

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Carlos Fuentes

Pedro Páramo, la novela de Juan Rulfo, se presenta ritualmente con un elemento clásico del mito; la búsqueda del padre. Juan Preciado, el hijo de Pedro Páramo, llega a Comala: como Telémaco, busca a Ulises. Un arriero llamado Abundio lo conduce. Es Caronte, y el Estigio que ambos cruzan es un río de polvo. Abundio se revela como hijo de Pedro Páramo y abandona a Juan Preciado en la boca del infierno de Comala. Juan Preciado asume el mito de Orfeo: va a contar y va a cantar mientras desciende al infierno, pero a condición de no mirar hacia atrás. Lo guía la voz de su madre, Doloritas, la Penélope humillada del Ulises de barro, Pedro Páramo.

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Gabriel García Márquez

El descubrimiento de Juan Rulfo —como el de Franz Kafka— será sin duda un capítulo esencial de mis memorias. Yo había llegado a México el mismo día en que Ernest Hemingway se dio el tiro de muerte —2 de julio de 1961—, y no sólo no había leído los libros de Juan Rulfo, sino que ni siquiera había oído hablar de él. Era muy raro. No había acabado de escapar al deslumbramiento, cuando alguien le dijo a Carlos Velo que yo era capaz de recitar de memoria párrafos completos de Pedro Páramo. La verdad iba más lejos: podía recitar el libro completo, al derecho y al revés, sin una falla apreciable, y podía decir en qué página de mi edición se encontraba cada episodio, y no había un solo rasgo del carácter de un personaje que no conociera a fondo.

Ahora quiero decir también que he vuelto a releerlo completo para escribir estas breves nostalgias, y que he vuelto a ser la víctima inocente del mismo asombro de la primera vez. No son más de trescientas páginas, pero son casi tantas, y creo tan perdurables, como las que conocemos de Sófocles.

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Jorge Luis Borges

Desde el momento en que el narrador, que busca a Pedro Páramo, su padre, se cruza con un desconocido que le declara que son hermanos y que toda la gente del pueblo se llama Páramo, el lector ya sabe que ha entrado a un pueblo fantástico, cuyas indefinidas ramificaciones no le es dado prever, pero cuya gravitación ya lo atrapa. Muy diversos son los análisis que ha ensayado la crítica. La historia, la geografía, la técnica de Faulkner y de ciertos escritores rusos y escandinavos, la sociología y el simbolismo, han sido interrogados con afán, pero nadie ha logrado, hasta ahora, destejer el arcoíris, para usar la extraña metáfora de John Keats.

Pedro Páramo es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica, y aun de la literatura.

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Susan Sontag

La novela de Rulfo no sólo es una de las obras maestras de la literatura universal del siglo XX, sino uno de los libros más influyentes del siglo; en efecto, sería difícil exagerar su influencia en la literatura en castellano durante los últimos cuarenta años. Pedro Páramo es un clásico en el sentido más cabal del término. En retrospectiva, parece un libro que tenía que ser escrito. Ha influido profundamente en la literatura y continúa resonando en otros libros.

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Como todos los viernes, Gil toma la copa con amigos verdaderos, mientras se acerca el mesero con la botella de Grey Goose para fabricar Gansos Salvajes, Gamés alzará el libro de Pedro Páramo, como una bandera. 

Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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