Testigos verdaderos

Ciudad de México /

Gil sabe que el juicio de Genaro García Luna da para todo: herramienta política, llave de tuercas para culpar al neoliberalismo, cedazo del narcotráfico en México, desvelo de la corrupción, sello de agua del robo, marca indeleble del asesinato, lluvia de billetes verdes. Los testigos, una caterva dispuesta a cualquier maldad con tal de salvar el pellejo.

No empiecen maledicentes, Gil no quiere escribir que García Luna sea víctima, no, cero. Incluso al contrario, pero a Gamés le gustaría ver alguna prueba. Todo apunta a que el ex secretario de Seguridad de Felipe Calderón será condenado por pruebas testimoniales: yo lo vi, yo llevaba la maleta, me dijo que él lo recibía, dijo que le pagó. Todo esto dicho por torturadores y asesinos. Así es la cosa y ni hablar. ¿Quién será este señor al que vamos a condenar a seis cadenas perpetuas? No sé, pero se ve muy malo.

Gilga leyó en su periódico El País una bien trabada nota del juicio de García Luna firmada por Elías Camhaji. Este reportero cuenta que las luces de la Corte del Distrito Este de Nueva York se apagaron a petición de los fiscales. Harold Poveda, alias El Conejo, reconoció en las sombras proyectadas por un aparato que reconstruían su propia casa: “un palacete al sur de la Ciudad de México, le costó casi siete millones de dólares (…) solo en esa residencia había leones, otros grandes felinos, un chimpancé, aves exóticas y un gato persa espectacular”. Estos testigos sí dicen la verdad, ni lo duden.

Muy finas personas

Cuenta Camhaji que El Conejo mandó matar al amante de su esposa y detalla cómo sus jefes querían hacer lo mismo con García Luna. El Conejo lloró, bueno, los asesinos también tienen corazón, mju. Durante su carrera delictiva, El Conejo, testigo protegido, ganó 300 o 400 millones de dólares. No está mal para dedicarse a la filosofía de la vida. Qué, no se remilguen.

Otro de los angelitos que trae el reportaje de Camhaji y testigo espectacular de la fiscalía: Villarreal Barragán, quien afirma que pagó tres millones de dólares por reunirse con García Luna en Guadalajara. La verdad Gil cobra por las entrevistas, pero más barato: un millón de pesos. ¿Les interesa charlar con Gilga? Eso cuesta.

Nos vamos con siete

Una nota de Gabriela Soto en su portal Animal Político informa que “ante el retraso en la convocatoria para la designación de cuatro nuevos integrantes del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, la mayoría legislativa encabezada por Morena ya contempla el escenario de dejar incompleto al órgano electoral a partir del 4 de abril.

Gil no da crédito y cobranza: “el legislador morenista Hamlet García Almaguer, secretario de la Comisión de Reforma Política-Electoral de la Cámara de Diputados, explicó que su partido buscará que se cumplan todas las fases que se habían establecido en la convocatoria aprobada por el pleno de la Cámara el 13 de diciembre pasado. Dicha convocatoria fue revocada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el 23 de diciembre, y notificada formalmente en la sesión de ayer de la Cámara. Ante este retraso de más de un mes (en el que debía comenzar la inscripción de las personas interesadas), el diputado García Almaguer consideró que el proceso de selección de los próximos cuatro consejeros podría extenderse más allá del 3 de abril, que es la fecha en la que concluyen su encargo el actual consejero presidente y tres consejeros más. Esto obligaría al Consejo General del INE a sesionar solo con siete miembros a partir del 4 de abril y elegir una presidencia provisional”.

Ante este panorama, la Jucopo tiene dos salidas: acortar los tiempos originalmente previstos o dejar temporalmente al Consejo General con 63% de sus integrantes. O sea, acosar al INE desde todos los frentes. El Presidente se ha obsesionado, no es chiste, con el INE, y quiere destruirlo.

Todo es muy raro, caracho, como diría Rousseau: “Las injurias son las razones de los que tienen culpa”. 

Gil s’en va

Gil Gamés

gil.games@milenio.com


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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