Tiempo de canallas

Ciudad de México /

La novela de Lillian Hellman se llama Tiempo de canallas, recordó Gamés en el amplísimo estudio. Se trata de un testimonio en una época de oscurantismo y cuenta sus experiencias durante la psicosis anticomunista encabezada por el senador republicano Joseph McCarthy en los años cincuenta.

Gil caminaba por el parque y gritaba: ¡Yunees!, pero nadie contestaba. Ricardo Monreal, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, en cambio, confirmó que Miguel Ángel Yunes Márquez apoyará la reforma al Poder Judicial. No le busquemos chalecos a las mangas, o como se diga, esto se ha decidido y Morena ha logrado la mayoría calificada en el Senado.

Decíamos ayer: extorsión, amenazas, trapacerías, lo que usted quiera, y siempre hay quien se dobla y desdobla, esos fueron los Yunes. Por lo demás, el prestigio de la familia no era así como los Mandela. Como dice un amigo de Gamés: se jodió la bicicleta, y feo, y por mucho tiempo. Gil repite y ya sabe que se oye feo: que con su pan se lo coman. O como diría el extinto padre de Gamés: van a llorar lágrimas de sangre.

En conferencia, Monreal sostuvo que se trató de una “decisión difícil” para el congresista, respaldó a Miguel Ángel Yunes y aseguró que el senador “votará en aras de construir una mejor República”. Anjá. Añadió que él siempre ha respetado a la familia Yunes, y expresó su respeto por Miguel Ángel “porque es una decisión difícil que tomó (…) Le tengo respeto a los políticos de Veracruz, no es la primera vez que expreso mi respeto a la familia Yunes, lo he dicho siempre, es una decisión muy difícil, muy dura para él, el haberlo asumido merece mis respetos”. Monreal aseguró que Yunes Márquez ayudará a Morena a obtener la mayoría calificada.

Principios y finales

Gilga trató de mantener la calma: se robaron la sobrerrepresentación, o ¿vamos a jugar a la matatena? Revisemos con un poco de calma: se ha impuesto la ilegalidad, la extorsión, la deslealtad, la traición, la amenaza, la mentira. No es poca cosa.

Oigan a Monreal: “El hecho de que personas como Miguel Ángel Yunes hayan decidido participar con nosotros para poder obtener la mayoría calificada, para mí personalmente merece todo mi respeto, porque es una decisión que le ha costado bastante asumirla independientemente de su pasado. Valoro el gesto que realicen opositores hacia nosotros en aras de construir una mejor República”. No bueno, y si retiran órdenes de aprehensión y si le meten unas cajas grandes de huevo rellenas de billetes verdes, supone Gil, la decisión difícil se vuelve un poco menos difícil, o ¿de verdad creen ustedes que los Yunes tienen principios y finales?

Sobre el cierre de la Cámara de Diputados, Monreal dijo, masticando las palabras como un chicle, que por ahora “no vamos generar condiciones de confrontación con los manifestantes que están afuera del Poder Legislativo”. ¿Confrontación? Es que de veras, Monreal no parecía el político miserable en el que se ha convertido. Dice que espera “a que la prudencia y la sensatez retornen a los grupos de inconformes” para que a partir de la próxima semana puedan sesionar y aprobar las reformas constitucionales sobre grupos indígenas y la Guardia Nacional. O sea: vámonos tendidos.

Dolores en la espalda

Al final, Miguel Ángel Yunes, hijo, pudo despojarse de sus tremendos dolores en la espalda y apareció en el Senado para envolverse en la bandera de la ignominia y afirmar que votará a favor de la reforma judicial. Se tardó el senador y ese tiempo lo convirtió en un miserable. En fin, cada quien escoge el papel que le toca en la obra de la vida. ¡Qué huevos! Perdón por lo de los blanquillos.

Gil lo leyó en su periódico El Universal en una nota de Luis Carlos Rodríguez y Víctor Gamboa: “Miguel Ángel Yunes Linares aseguró que no está obligado a votar en contra de la reforma judicial como lo anunció hace unos días su hijo y senador con licencia, Miguel Ángel Yunes Márquez”. ¿Y por qué aceptó declarar que votaría en contra? Como dicen los narradores realistas: no se la prolonguen.

Papá Yunes dijo: “(…) él es libre y yo soy libre”, respondió a los cuestionamientos flanqueados por los senadores de Morena, Óscar Cantón Zetina y Félix Salgado, a quienes aseguró ha acompañado en muchas batallas en varios partidos. Muy bonito.

Todo es muy raro, caracho, como diría Marco Aurelio. “No malgastes más tiempo argumentando acerca de lo que debe ser un buen hombre”. 

Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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