Un modesto estipendio

Ciudad de México /

El Arancel Fest había terminado, esa asamblea a la que convocó la presidenta Claudia Sheinbaum ante la amenaza del temible Hombre Naranja de imponer aranceles a México. El Zócalo hasta los topes, la principal plaza del país, y la Presidenta lo hizo gracias a la organización no solo del aparato morenista, sino también de funcionarios públicos federales y de la Ciudad de México.

Gil lo leyó en su portal de Animal Político: esos funcionarios de la Secretaría de Bienestar pagaron 900 pesos por la asistencia de personas provenientes de Tijuana; mandos de dependencias “pidieron el apoyo” a empleados del Issste, IMSS, y hasta del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), quienes nunca antes habían asistido a un acto así. Gil se mete en lo que sí le importa; nada le hace, se llevan su oxígeno, unos pañuelos para la tos, sus batas blancas y estamos hechos.

También asistieron funcionarios del gobierno de la Ciudad de México con contratos provisionales y que prácticamente asistieron por miedo a perder su empleo. Asegurar la asistencia llegó a tal grado que el gobierno capitalino envió a los funcionarios de mando un mapa con la ubicación que debían ocupar en la plancha los trabajadores de 25 instituciones locales, incluyendo las secretarías, la Consejería Jurídica, los Pilares o el Injuve, como consta en el documento obtenido por Animal Político y confirmado en terreno.

Acarrear

Ah, le beaux jours: presidentes municipales, diputados y la estructura de Morena movilizaron a personas de sus localidades, lo mismo que miembros de organizaciones como el histórico el SNTE, o la Catem, liderada por el diputado morenista Pedro Haces. Sin embargo, también hubo quienes aseguraron asistir con plena convicción para apoyar a la Presidenta, tal como lo hicieron en mítines y asambleas de Liópez. En algunos casos, lo hicieron en agradecimiento por recibir programas sociales como la pensión de Adultos Mayores, la principal estrategia de transferencia de recursos del gobierno morenista.

El acarreo es un humanismo, pero también una ciencia: la torta de puerco y la matraca; el chesco y la bandera; la gorra y otro boing de mango porque está pegando duro la calor. El que sabe, sabe: me rellenas el domingo el Zócalo, tráete a unos músicos, que sea un festival.

Los primeros cañonazos

Gil observa, no sin inquietud, que la guerra arancelaria apenas empieza. El portal de la BBC News Mundo anunció que Trump aumentará al 50% el arancel sobre todo el acero y el aluminio que ingresa a Estados Unidos desde Canadá. “En vista de que Ontario ha impuesto un arancel del 25% a la ‘electricidad’ que entra a Estados Unidos, he dado instrucciones a mi secretario de Comercio para que añada un arancel adicional del 25%”. El lunes, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, anunció un recargo del 25% a la electricidad destinada a su vecino del sur, como respuesta a la nueva política de Trump.

“En breve declararé una Emergencia Nacional sobre la Electricidad dentro del área amenazada. Esto permitirá que Estados Unidos haga rápidamente lo que se debe hacer para aliviar esta amenaza abusiva de Canadá". ¿Cómo la ven?

El albur

Gilga ha encontrado un libro bien tramado y mejor investigado: El albur: la alegría del idioma. A la larga te acostumbras (Universidad Autónoma de Nuevo león, 2025). Jorge Luis Darcy ha escrito un libro riguroso sobre el lenguaje, el doble sentido, la caricatura, la parodia. Darcy va y viene por la obra y la vida de distintos políticos, escritores, investigadores. Las reflexiones de Octavio Paz, los textos clásicos de Freud o los aforismos de Churchill definen el albur, a la risa culpable, al cuerpo y al lenguaje: “si llegas temprano agarras mesa; si llegas tarde te sientas en la barra”. “¿Cuántas plumas tiene un pájaro? Setecientas”. “Si al hijo más pequeño de Javier Solís le dicen solisito el chico, de la misma manera al hijo menor de señor Mendoza lo llaman Mendoza el chico”.

Todo es muy raro, caracho, como diría Winston Churchill: “La imaginación consuela al hombre de lo que no puede ser; pero el humor lo consuela de lo que es”. 

Gil s’en va


  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
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