Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
  • Los muertos me desprestigian

    El Presidente se despide cuando la violencia en el país se ha vuelto incontrolable
  • Zedillo, a escena

    El ex presidente tuvo una aparición en medios y ha tenido razón en su intervención sobre la reforma judicial, discurso que Liópez y algunos, pocos, periodistas han descalificado; están viendo y no ven...
  • No rompas más mi pobre corazón

    En honor a la verdad, no parece que Liópez tenga alguna cardiopatía; en Sinaloa hay una balacera, ruedan las cabezas por el asfalto, incendian camiones y él ni en cuenta, más bien dice que son hechos aislados...
  • Culiacán en llamas

    El Presidente dijo que a su gobierno no se le pidió ayuda, además culpó a los medios por informar
  • Surrealismo: cien años

    “Nunca es posible ver el objeto en sí; siempre está iluminado por el ojo que lo mira”
  • A Yunes ni lo conozco

    Y Gil pensaba que los senadores del PAN estaban amarrados, las sospechas de Gamés de un traidor rondaban al PRI y Alito, ah, ingenuo; por lo demás, la cueva del blanquiazul en este momento debe ser una jaula de pájaros...
  • Tiempo de canallas

    Miguel Ángel Yunes, hijo, pudo despojarse de sus malestares y apareció en el Senado para envolverse en la bandera de la ignominia y afirmar que votaría a favor de la reforma judicial; se tardó y ese tiempo lo convirtió en un miserable
  • El orgullo de su nepotismo

    Gil no quiere ser pesado, pero ¿qué hubiéramos dicho si el hijo o la hija de un ex presidente del PRI o del PAN se hubiera convertido en el secretario del partido de su padre? No somos nada, o sí, unos cínicos, desvergonzados
  • ¿Uno no es ninguno?

    Se trata de 43 senadores de oposición que con su voto en contra pueden frenar el que es considerado el cambio legislativo más importante del sexenio, porque dejará en manos del voto popular la elección de jueces, magistrados y ministros