Parónimos a la vista

Laguna /

Me encantan los parónimos. 

¿Por qué? Porque implican o entrañan una simpatía sonora y, además, una simpatía morfológica relacionada con la forma de las palabras o voquibles, y, por supuesto, un significado distinto o dispar. 

Aquí me detengo.

Casar y cazar; hético y ético; asar y azar; por citar sólo tres claros ejemplos.

Me gustan porque desde la perspectiva del continente son semejantes, pero desde la perspectiva del contenido son voces sino enemigas sí distintas. 

Esto es: la similitud de forma y fonética no corresponde con la diversidad semántica. El parecido del cascarón no cuadra para nada con la diferencia esencial. 

Es como encontrarse a alguien con vestimenta similar, mas con cuerpo y alma disímbolos. 

Una fruta con la misma cáscara y con un hueso o almendra discordes. Por eso y sólo por eso: me encantan las voces parónimas. ¡Ah!

  • Gilberto Prado Galán
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.