¿Qué pueden hacer los demócratas con el juicio político contra Trump, una vez que termine? Como seguramente el presidente será absuelto, lo que queda es el posicionamiento del candidato que compita contra Trump. Ahí puede estar la clave de las elecciones de este año.
Cuando Bill Clinton fue absuelto en su proceso de 1999 ya no tenía que reelegirse, a diferencia de Donald Trump. Sin embargo Al Gore, entonces vicepresidente, tuvo una muy complicada campaña, en gran parte porque el impeachment contra Clinton sí afectó a los demócratas a pesar de todo. Muchos decían que la popularidad del presidente en ese entonces había aumentado y que por tanto los impeachments no son en detrimento, sino a favor del acusado. Pero esto no es del todo cierto.
Algunos analistas respetables apuntan a que Al Gore (quien por cierto ganó el voto popular, mas no el electoral), no hubiera tenido tanto problema para vencer a George Bush Jr., o al menos hubiera obtenido el suficiente apoyo para no verse envuelto en un empate técnico, si no hubiera habido impeachment contra Bill Clinton. Muchos indecisos y demócratas moderados decepcionados a la hora de la verdad, prefirieron abstenerse o incluso votar a favor de Bush. Esto definitivamente inclinó la balanza.
Aunque son contextos distintos y ahora el Presidente sí se postula para la reelección, puede pasar algo similar si los demócratas manejan bien el tema. El éxito de la narrativa está en convencer a moderados (tanto republicanos, como demócratas e independientes), de que la “marca” del impeachment contra Trump no es cualquier cosa. Deberán manejar ideas sencillas, sin entrar en términos legales complicados, para quitarle credibilidad a la otra narrativa que asegura que todo fue una cacería de brujas.
Apunte spiritualis. No será fácil, pero quizá lo mejor que pueden hacer es cambiar los temas más progresistas y controvertidos, por un posicionamiento inteligente sobre el impeachment, sin alienar a la clase media trabajadora.
hectordiego@gmail.com