A mis hermanas, valientes todas
“¿Por qué no eres una niña normal”, fue una frase que siendo pequeña escuchó una y otra vez y que seguramente se le quedó grabada. Afortunadamente hizo oídos sordos, no creció como una niña “normal”, y hoy NO es una mujer ni una artista “normal”.
La frase era uno de los gags de aquel casi mítico programa de televisión La familia P. Luche, en la que ella interpretaba a Biby, la niña no normal de ese enloquecido clan. La serie era realmente divertida y fue tan exitosa que marcó de tal manera a sus actores que los “orilló” a dedicarse a la comedia; sin embargo...
Sin embargo, ella --que pudo acogerse a ese gran éxito y quedarse en lo que hoy llamamos zona de confort--, optó por lanzarse al descubrimiento y conquista de nuevos mundos en la actuación.
Para tener con qué poder hacerlo se preparó, y mucho. Es egresado de una de las mejores escuelas de actuación en Estados Unidos, y a su regreso a México comenzó a --como se dice en el argot—picar piedra, y poco a poco ha construido una carrera sólida y en ascenso permanente.
Amén de su presencia constante en televisión y cine, ha armado una carrera teatral con mucho cuidado, que incluye títulos como La caja, Los bonobos, Bright ideas, Divorciadas, Hoy no me puedo levantar, Parásitos, Happy, Pulmones…
Hace algunos años se impuso el reto de interpretar a Katurian, protagonista de The pillowman, un personaje creado originalmente para un actor, e hizo una muy sólida creación.
Sin embargo, aquel desafío es nada comparado con el que ahora enfrenta con el personaje de Tessa, la protagonista de Prima facie, una obra de ésas que son un garbanzo de a libra, y que pueden representar la consagración o el hundimiento de quien la representa.
Escrita por la dramaturga, guionista y abogada australiana Suzie Miller, el título de la obra alude a la expresión latina “prima facie”, que es una de las muchas frases utilizadas en el mundo jurídico, y se traduce como “a primera vista” y se utiliza para referirse a una situación en la que un asunto parece ser verdadero o cierto a primera vista.
Luego de su estreno en Sidney en 2019, Prima facie saltó a la cartelera londinense donde se convirtió en un fenómeno de taquilla, lo que la llevó a los escenarios de múltiples países, y en hoy llega a México de mano de Camila Brett, productora y directora de la misma, y de esa niña que se negó a ser normal, Regina Blandón, quien sin discusión alguna hace una creación del personaje, y da un salto cuántico en su ya de por sí sólida carrera.
Prima facie cuenta la vida de Tessa una brillante y afamada abogada quien se ha convertido en la estrella de los tribunales, pues no ha perdido ningún caso. Para lograrlo, Tessa se ha valido de toda clase de maniobras para ganar el favor de los jurados y salvar a sus clientes de penas que, a veces, eran más que justas.
El éxito profesional de Tessa no está ligado a su vida personal, pues en ese terreno no todo en “miel sobre hojuelas”. Un día…
No contaré más de la trama, pues la anécdota tiene varias vueltas de tuerca que, amén de mantener el interés del espectador, lo llevan a cuestionarse y tomar postura frente a las disyuntivas que se plantean en escena.
El trabajo histriónico de Regina es realmente brutal. Pasa por emociones polarizadas: del poder y dominio absoluto pasa a la introspección, la duda, el dolor, y no suelta al espectador un segundo.
Obviamente lo logra de la mano de la directora, quien ha llenado la puesta de pequeños grandes detalles que potencializan cada palabra, cada gesto, cada acción.
Envuelven este impactante montaje el trabajo de Emilio Zurita (escenografía e iluminación); Estela Fagoaga (vestuario); Miriam Romero (video), Miguel Jiménez y Miguel Tercero (diseño sonoro y música original).
Prima facie es de esos montajes que duele ver; que son una bofetada al espectador, que lo cimbran; que no da respuestas, sino que provoca muchas preguntas.
¡Qué bueno que Regina Blandón no hizo caso y no se convirtió en una niña normal! Gracias a eso hoy tenemos, y lo aplaudimos, a una gran, gran, gran actriz.
Felicidades a todos en Prima facie, que puede y debe verse en el teatro Milán, de viernes a domingo.