Representaciones

Ciudad de México /

I

Me recuerdo completo. Durante mis primeros veintes recuerdo haber sido un joven hombre que avanzaba por bloques. Me entregaba sin reservas a cualquier asunto que me entusiasmara. Música, futbol, erotismo: iba hacia esas cosas sin fisuras, y me envolvía en sus atmósferas, libre de suspicacias.

Además del tiempo, ¿qué era distinto en mí durante esa época?; encuentro un elemento siniestro: no tenía inteligencia mi teléfono.

 

II

Identifico un boicot íntimo. Me digo querer cambiar, pero una y otra vez me pongo el pie para seguir igual. Lo mío se ha convertido en un autoengaño cíclico. Hoy comienzo el proceso del cambio verdadero. Necesito creerlo, porque de lo contrario, ¿qué hago?, ¿para qué sigo?, y un posible inicio es el miedo: darme cuenta de que soy un animalito aterrado. Me aterra el compromiso, me aterran las responsabilidades, me aterra nada poder contra lo que hay afuera, contra la vida que afuera debe ser vivida. Por eso saboteo todo aquello que me vincula de manera profunda con otro ser humano.

 

III

Exagerar está en mi sangre. Me fascina ir demasiado lejos. Soy tan propenso a obsesionarme. No parar. Insistir en algo ya agotado. Desesperar. Agobiar. Insistir más. Me atraen las repeticiones. Decir-hacer-sentir lo mismo sin descanso. Una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez. ¿De dónde me ha llegado mi sangre exagerada? ¿Qué personas de mi ascendencia se han mezclado en ella para hacerme ir siempre demasiado lejos? En mi pasado familiar hay un núcleo de obsesiones que me origina. He soñado con eso: con estar rodeado de mujeres y hombres que me han dado sangre, bisabuelas y tatarabuelos, que están reunidos en torno a mí, pero no me hacen caso, solo hablan entre ellos a través de murmullos, y yo no entiendo nada, únicamente percibo sonidos muy tristes hasta que me llega una frase suelta: “El pobre ha muerto antes de poder ser un hombre responsable”.

He preguntado, pero nadie en mi familia parece saber algo al respecto. Y yo quisiera poder saber más sobre esa supuesta muerte. Si fue física o simbólica. ¿Se trata de un niño muerto o de un hombre que nunca dejó de sentirse niño y murió ya viejo tras una vida patética de inmadurez y berrinches? En realidad, la respuesta a la que quiero llegar es si es la herencia de un misterio sombrío o la de otro hombre mimado y vulgar, si yo represento una tragedia o a un idiota.

Hugo Rocca

  • Hugo Roca Joglar
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.