La nostalgia se desprende de la mañana hacia mí y al fondo de una cafetería quedo sumergido en paisajes antiguos.

No soy sólo mis errores. De lo contrario, no habría escapatoria posible. Es una cuestión de bienvenidas y paisajes.

No quiero hacer de esto un problema, pero necesito crear palabras nuevas.

Esta necesidad enfermiza de asociar todo nuevo elemento con un recuerdo.

Me recuerdo completo. Durante mis primeros veintes recuerdo haber sido un joven hombre que avanzaba por bloques.

La “Sonata para piano núm. 21” de Schubert comienza con un intenso llamado a la ternura.

Vestidos y camisas olvidados. Se han ido yendo hacia el fondo del armario. Bien planchaditos y bien colgadas.

Aveces es tan cansado ser cuerpo. Sentir que mi vínculo más sólido con la vida es la piel.

Busco pistas en la noche. Siempre me han atraído las atmósferas ocultas. Tengo una fascinación por el misterio y las sombras.