Milenio logo

Togas y birretes en conflicto

Ciudad de México /

Es una pequeña empresa familiar que tiene la tradición de confeccionar togas, birretes y estolas, además de brindar servicio fotográfico en ceremonias de graduación. Hace un año decidieron invertir sus ahorros en la compra de un vehículo para distribuir sus productos, pero el auto salió defectuoso y sus integrantes quedaron varados en la autopista México-Acapulco.

Y a pesar de todo no han dejado de trabajar, aunque deben pagar transporte para trasladarse, sin importar las pocas ganancias y en espera de que su problema se dirima en juicios orales. Pero el proceso se alarga. No solo eso: Edgar Hernández, cabeza de artphoto, como se llama el taller, sufre deterioro en su salud —tiene cuatro operaciones en la cadera— que se agrava con los escabrosos trámites que debe cumplir que provocan estrés.

De modo que mientras Edgar encara el burocratismo, su familia se encarga de un negocio del que no solo viven, sino que les ha dejado satisfacciones, pues atestiguan momentos de felicidad en estudiantes, profesionistas, funcionarios, rectores de universidades e incluso procuradores y otras personas relacionadas con los organismos relacionados con la justicia.

Y ahí está Edgar, en el mostrador de artphoto, “un pequeño negocio”, como le llama, que se dedica a los servicios de renta y venta de togas y birretes “para los graduados de México”.

Empezó como fotógrafo; después, siguió en la confección de tan especial indumentaria.

Y a lo largo de 25 años ha trabajado para clientes de diversos perfiles, como jueces y ministros, personajes de la academia y la administración pública; estudiantes de todas las edades.

Fueron uno de los iniciadores de este servicio, dice Edgar, “para ofrecer buenos momentos en la graduación de las familias mexicanas”.

Las partes esenciales de esta peculiar indumentaria está formada la banda o estola, que cuelga de los hombros, así como la bata, que cubre toda la vestimenta, cuyos modelos están basados en reglamentos de la UNAM, autorizado para todo el país, “el que nos indica que para postgrado ya son otros elementos”, comenta Edgar.

—¿Cuál es la diferencia?

—La diferencia son los birretes; tenemos el birrete de licenciatura y el birrete de maestría; mientras que el color depende de la especialidad de que se trate— dice, mientras detalla las piezas, dependiendo del nivel, y una serie de fotos que cuelgan de las paredes o permanecen sobre un mostrador.

***

Somos una pequeña empresa familiar dedicada a brindar servicios de togas, birretes y fotografía para graduaciones. Desde nuestros inicios, fuimos pioneros en ofrecer estos servicios en el país, acompañando a los estudiantes en uno de los momentos más importantes de sus vidas: su graduación.

Nuestra labor va más allá de un negocio; es un servicio a la comunidad que nos permite ser parte de historias de esfuerzo, superación y éxito.

Cada graduación es una celebración de logros, y para nosotros es un honor contribuir a que estos momentos sean inolvidables. Sin embargo, nuestro camino no ha estado exento de desafíos.

En noviembre de 2022, decidimos invertir en una camioneta nueva, modelo 2023 de la marca china JAC, de Giant Motors Latinoamérica, adquirida en la agencia JAC Coyoacán del Grupo Ponsai, S.A. de C.V., con el fin de mejorar nuestro servicio y atender mejor a nuestros clientes.

Tras solo siete meses de uso y menos de 8,000 km recorridos, el vehículo presentó fallas graves.

En agosto de 2023, la entregamos a la agencia para su reparación bajo garantía. Lo que siguió fue un calvario de más de 120 días de gestiones infructuosas: mensajes, llamadas y visitas al taller y a la armadora, sin obtener una solución concreta.

Ante la falta de respuesta de esas empresas, en diciembre de 2023 presentamos una queja ante la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), la cual citó a tres audiencias. Sin embargo, tras más de 12 meses (365 días), ninguna de las empresas involucradas asumió su responsabilidad.

En febrero de 2024, la agencia nos devolvió el vehículo, asegurando que estaba reparado. Cuatro días después, durante un viaje a Acapulco, Guerrero, la camioneta se detuvo múltiples veces en plena carretera, poniendo en riesgo la seguridad de nuestro equipo y sus acompañantes.

Devastados por la situación, devolvimos el vehículo a la agencia y, desde entonces, tras 18 meses (más de 540 días), no hemos tenido noticias sobre su reparación. Esta situación ha generado graves consecuencias para nuestra empresa.

Nuestra familia trabajó arduamente para adquirir la camioneta, sacrificando su alimentación, descanso y tiempo en familia, hemos enfrentado gastos extraordinarios, como alquilar otro vehículo para continuar trabajando. Esto ha afectado nuestra capacidad productiva, además de generar estrés, impotencia y angustia.

Ante la ineficiencia de PROFECO, decidimos presentar una demanda en el Juzgado 44 Civil de Proceso Oral de la Ciudad de México, buscando justicia por los riesgos y perjuicios ocasionados, y que está por resolverse.

Este proceso ha sido desgastante, pero seguimos firmes en nuestra lucha por lo que es justo.

A pesar de estos desafíos, nuestra pasión por servir a la comunidad y celebrar los logros de los estudiantes sigue intacta.

Seguimos comprometidos con nuestra misión de acompañar a las nuevas generaciones en sus momentos más importantes, porque creemos en el poder de la educación y en la importancia de reconocer el esfuerzo de quienes luchan por sus sueños.

Esta experiencia nos ha enseñado que, incluso en los momentos más difíciles, la perseverancia y el amor por lo que hacemos nos mantienen en pie.

Seguimos adelante, con la esperanza de que la justicia prevalezca y con la determinación de seguir siendo parte de las historias de éxito de nuestros estudiantes.

***

El paquete incluye otros servicios, comenta Edgar Hernández, “pues acudimos a la ceremonia, tomamos fotografías y también video, si es necesario, porque son momentos inolvidables para toda la familia”.

Y nos despedimos de esta factoría, ubicada en Correspondencia 34, colonia Álamos, alcaldía Benito Juárez, donde, a pesar de todo, no se detienen en diseñar togas y birretes para quienes lo soliciten.

Es un pequeño taller en el que han elaborado atuendos a la medida, por ejemplo, de Alfonso Navarrete Prida; para el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Ciudad de México, Rafael Guerra Álvarez, para Enrique Graue, ex rector de la UNAM, y también para la propia Ernestina Godoy, actual consejera Jurídica de la Presidencia de la República. Entre otros tantos.


  • Humberto Ríos Navarrete
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.