Hoy en día la trascendencia de las empresas familiares se vuelve cada día en un reto más complicado de cumplir, ya que las nuevas generaciones si bien les gustan las comodidades, la buena vida y los lujos que da la posibilidad de que el fundador de grandes, medianas o pequeñas empresas sea su padre o madre, es también innegable que los jóvenes cada vez más se alejan de la pertenencia y de la identidad hacia las empresas familiares, ya que el continuo bombardeo de las redes y medios los invitan a que se dediquen a “lo que amen” y no necesariamente queda muy claro que es lo que aman versus lo que disfrutan o les resulta más confortable.
Así que, si en el pasado algún hijo de fundador o segunda generación eran los sucesores naturales de las empresas, hoy se ve como un reto diferente frente los dueños de empresas actuales en materia de sucesión.
Sin embargo, la interrogante más importante que debe hacerse todo empresario ¿es como tu empresa continuará tu legado? y sea que estés o no estés y, como los diferentes escenarios que la vida puede plantearte, tales como: retiro de la empresa por decisión propia, enfermedad o en el caso más triste, pero el más seguro ¿qué pasará con tu empresa cuando fallezcas?
Y es que, si bien es cierto muchos empresarios con toda seguridad afirman y con orgullo declaran, ya tener un testamento que deja las cosas claras respecto a su voluntad de las disposiciones de la empresa y patrimonio, o aseguran los más “orgullosos” ya tener además seguros de vida que garantizarán la manutención de la familia luego de su fallecimiento. Sin embargo, muchos de estos seguros no van dirigidos a proteger la empresa o su permanencia a la falta del fundador o director general.
En cualquiera de los casos anteriores, no son más que buenas intenciones, pues es bien sabido que un testamento podrá convertirse en un juicio sucesorio donde si alguna de las partes no está conforme con su parte proporcional, podría impugnarlo y de pasada, hacer pasar un mal rato al resto de la familia.
Es lo que se dice una especie de “disparo de salida de una serie de conflictos entre familiares” que además de desgastarlos, dañara fuertemente la relación familiar y la de la empresa, y como afirmo en algunas conversaciones entre empresarios: Sé de “empresas que destruyen familias, y familias que destruyen empresas”.
Sin embargo, este dato no es solo mi opinión o mi experiencia, que mucha o poca esta también sustentada en datos duros que muestran en México, una extinción de más del 75% de las empresas en el intento de sucesión de fundador a la segunda generación y otra dramática estadística que dice que solo el 3% de las empresas llegan a la tercera generación, cifras alarmantes pero ciertas, pero es el resultado que la cultura latina nos lleva ,a la poca previsión, la baja o nula planeación y sobre todo a ver la muerte como un hecho lejano y hasta difícil de creer que nos pase a nosotros.
Pero esta colaboración no solo se trata de dar malas noticias o estadísticas desalentadoras, sino de ir dando algunos puntos que, como empresario, y en esa convicción de que desear que tu empresa trascienda y se preserve en el tiempo.
Es importante consideres las siete siguientes recomendaciones que seguro, si poco a poco las empiezas a implementar, podrás y tendrás la seguridad de que tu empresa será un legado familiar de orgullo, sustento y sobre todo unión familiar y no lo contrario:
1. Comprender que la sucesión es un proceso, y no un acontecimiento: Muchas veces pensamos en la sucesión como un acontecimiento que ocurre en un día determinado, te invito a que consideres la posibilidad de pensar en ella como un proceso que ocurre durante período de tiempo.
Por lo tanto, los fundadores deberían empezar a sentar las reglas de la sucesión cuando sus hijos son todavía pequeños.
2. Ante los sucesores naturales (los hijos) presentar el negocio como una alternativa profesional y vida, no como una obligación: De forma natural muchos padres esperarían que sus hijos quieran seguir sus pasos y unirse al negocio de familia.
Pero varios caemos en el chantaje o la exageración de la necesidad de seguir la tradición familiar. Sin embargo, otros nunca sacan el tema porque no quieren presionar a sus hijos.
El secreto es presentarlo como una oportunidad, no como una obligación.
3. Incorporar a los hijos en un puesto existente: Es básico contratar a tú hijo o hija en un puesto existente, significativo y definido. ¿Por qué? sabrás cuánto tendrás que pagar y qué esperar.
Además, el resto del personal sabrá cómo encaja tu hijo en la organización de la oficina y cómo tratarlo.
4. Diseñar, implementar, difundir y capacitar en los fundamentos: Los fundadores que e muchas veces son los padres deben de formar en los fundamentos de la empresa, que pueden partir desde los históricos, culturales y estratégicos de la empresa.
Es valioso que los hijos (sean o no los sucesores en la dirección de la empresa) conozcan los fundamentos de la empresa y los principios culturales que le dieron vida a la empresa y la mantienen.
5. Que el posible sucesor (hijo) obtenga experiencia externa: Hay muchas razones por las que la experiencia laboral externa es una ventaja.
Primeramente tus hijos o hijas pueden construir su propia identidad o preferencia profesional, sin olvidar que pueden obtener conocimientos externos, aumentar la confianza en sí mismos, aportar prácticas y conocimientos a la empresa que sumen a la profesionalización de ciertos procesos, sin olvidar que podrán madurar en el ámbito laboral, cometer errores sin costo inherente a la empresa, experimentar lo que es buscar trabajo, descubrir cuál es su valor en el mercado y aprender a aceptar las críticas.
Pero un aprendizaje también muy valioso sería que aprenderán que no existe el jefe ni la empresa perfectos.
6. Organizar reuniones familiares: La buena comunicación entre los propios miembros de la familia es esencial.
A veces, la comunicación productiva se podrá generar de forma espontánea y otras hay que planificarla. En una reunión familiar, toda la familia se reúne para discutir un asunto importante.
A veces es mejor celebrar estas reuniones en un lugar neutral exterior, como un centro turístico o un restaurante; otras veces es mejor sentarse alrededor de la mesa de la cocina.
7. Desarrollar consejo asesor: Tener consejos asesores cualquiera que sea el tamaño de tu empresa es un recurso de apoyo muy valioso.
Un consejo profesional y útil debe incluir el tipo de personas que conozca de varios temas referentes a los aspectos de toda empresa (abogado, contable, especialista en organización humana, finanzas, etc.) y por lo menos otra persona de su mercado al que respete.
El propietario de la empresa ofrecerá a los miembros de la junta directivos honorarios en lugar de un salario.
Este consejo responderá si tú como empresario empiezas a tener preocupaciones sobre algunos de los problemas que te quiten el sueño, entonces podrás llamar a la junta directiva de consejo y obtener una guía muy acertada y sobre todo neutral y objetiva.