Los olvidados del T-MEC

  • Desde el biopoder
  • Jaime Zambrano

Ciudad de México /

Los migrantes, en su mayoría de México y Centroamérica, que salen de sus lugares de origen con el fin de alcanzar el llamado “sueño americano” en Estados Unidos o trabajar en Canadá, son los olvidados en el nuevo tratado comercial de Norteamérica que entrará en vigor este 1 de julio.

El Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) no aborda de manera directa el tema de la migración para que las personas tengan facilidades para trabajar en uno u otro país, eliminando las fronteras.

Aunque el acuerdo trilateral busca que los trabajadores, en particular, los mexicanos cuenten con mejores salarios, no existen medidas que permitan facilitar la migración y evitar la violación de derechos humanos.

Temas como visas humanitarias o permisos especiales para que los llamados “sin papeles” puedan ser considerados como personas, con el derecho a cambiar de residencia y desplazarse sin ninguna restricción, no aparecen.

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) que entró en vigor el 1 de enero de 1994 y que pasará a la historia este 30 de junio de 2020, tampoco contemplaba apartados para contrarrestar las violaciones de los derechos humanos de los indocumentados.

Aunque el T-MEC establece la necesidad de la democracia sindical, de las negociaciones colectivas, de un aumento al salario mínimo y la creación de un sistema de tribunales que resuelvan las disputas laborales, no existe ninguna medida que evite los abusos contra los indocumentados.

El tratado comercial que incluye nuevos capítulos relacionados con el comercio digital, medio ambiente, competitividad, anticorrupción, buenas prácticas regulatorias, y pequeñas y medianas empresas, volvió a ignorar los problemas de migración. Tampoco se establecen acciones conjuntas para evitar que grupos delictivos abucen de quienes carecen de documentos. El nuevo tratado no contempla acciones ni medidas para atender la raíz de la migración y buscar que los pobladores de México y Centroamérica mejoren en sus lugares de origen su calidad de vida y se deje en segundo término el deseo de salir a buscar trabajo en Estados Unidos o Canadá.

Pese a lo que puedan decir las tres naciones en las que entrará en vigor el T-MEC, el fenómeno migratorio continuará, al igual, que los abusos y las violaciones de los derechos humanos de quienes solo quieren salir de su país en busca de mejores condiciones de vida.

jaime.zambrano@milenio.com

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