¿Adiós al ‘Año de Hidalgo’?

México /

A mí me parece muy bien que el sospechosismo cunda, si no, de qué íbamos a vivir. Ahí tenemos ahora a quienes con el seño fruncido, con toda razón, piensan que estos representantes del gobierno amloísta frente a los gobiernos estatales se convertirán en auténticos virreyes de los que dependerán vidas y haciendas, que así se va a dar al traste con el federalismo y que los gobernadores preciosos ya no podrán ser realmente preciosos. Digo, con las maravillas que nos heredó la Loca academia de Javidús es muy sencillo decir que lo mejor que puede pasar es que las cosas sigan como hasta ahora y que los gobernadores mantengan sus apreciados privilegios. Como nunca se pasaron de tueste ni agarraron por su cuenta las parrandas, los góbers deberían seguir pasándola como hasta ahora, al estilo orgiástico de Mauricio Clark, que parece que vivió más hedonismo que el Marqués de Sade y Christian Grey juntos, sirviendo siempre con puntualidad a la ciudadanía.

De hecho me parece que es momento de impedir que la austeridad republicana que viene no impida la celebración de una de las grandes festividades de los mexicanos y que ahora corre un poco de peligro: el Año de Hidalgo, chingue a su madre el que deje algo. Hoy ya se pueden ver a nuestros diputeibols logrando acuerdos para llevarse de San Lázaro hasta el papel de baño usado, no se diga laptops, celulares, cafeteras y hasta dildos adquiridos a costillas del erario.

Perfecto, la cosa es que toda esta legislatura se vaya contenta, con un sonrisa en los labios y sus aguinaldos en el bolsillo. No es tiempo de tristezas.

Ahí tienen a mi licenciado Peña, que en los últimos días de su gobierno se la lleva tranquila y en vez de que esté preocupado por el estado que guarda la patria y que los resentidos de siempre no dejan de reprocharle (o sea, no debería de haber broncas, sobre todo porque ya aclaró Osorio Chong que el problema de inseguridad es de los gobernadores y los alcaldes, para nada del gobierno federal; y González Anaya recién acaba de desmentir que pudiera haber una crisis sexenal, que todo tranquilo en el SAT y con los huachicoleros, que tienen hasta sus changarros abiertos públicamente), mejor manda saludos con Chumi bebé, ese gran influencer que, ante tanto ataque, quiso abrazarlo.

E hizo bien, porque también es mala onda que AMLOVE haya sacado de la lista de proveedores a los de Odebrecht que tanto bien le hicieron al país, particularmente al inolvidable Lozoya Lozoyita al que, tristemente, todo indica que me lo quieren venadear.

A ver si el tsunami no ahoga al gran Ruiz Esparza, rey del socavón de piedra, socavón, al que de seguro también le van a echar la culpa de la caída del puente en Génova, Italia.

Defendamos el Año de Hidalgo.

jairo.calixto@milenio.com •  www.twitter.com/jairocalixto

  • Jairo Calixto Albarrán
  • jairo.calixto@milenio.com
  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS