Gran show del Ballet Folclórico del Sector Opositors saliendo en perfecta línea coreográfica a defender a Germán Larrea (ya hubiera querido el América una coordinación para ganarle a Chivas; y que Sandra Baticuevas no les echara todo su salitre), el multimillonario nada seductor al que no vamos a acusar ni de humanista, ni de facilitador social y muchos menos de ecologista. Algo que se puede acreditar con la explotación bárbara de sus trabajadores, las comunidades afectadas por los derrames de residuos tóxicos en el río Sonora o en el mar de Cortés, y su muy particular manera de depredar de aquí para allá. Qué raro que nuestros ecologistas de ocasión, tan preocupados por el triste destino de iguanodontes, mamuts y diplodocos atropellados por el Tren Maya, no se hayan manifestado en contra del Grupo México, donde los ecocidios se venden por separado.
No es por intrigar, amiguis del periodismo corporativo y financiero, pero defender a Germán Larrea es como si fueran ewoks apoyando a Darth Vader.
Están como los mapaches de Alejandra del Moral que trabajan a marchas forzadas para repartir boings, tortas y licuadoras a cambio votos. Deberían de ir a derechos humanos, los tratan peor que la Gordillo y Madrazo. La candidata priista se educó con la biblia de santón tricolor, Gonzalo N. Santos (“La moral es un árbol que da moras”), pero no hay que exagerar.
Y mientras tanto en la Tremenda Corte, los Piña boys & girls hacen de las suyas para negarle todo a la Cuatroté (al rato los ensotanados declararán inconstitucional ser de Morena, haciendo muecas como el ministro Lainez Potizek), mientras declaran aburridamente que “la ley es la ley” y que no forman parte de la oposición. Claro, son más oposición que toda la oposición, son La Oposición. A la muy empoderada Norma Lucía Piña, se debe sentir como una chica tan superpoderosa, que no tarda en decirle a Azcárraga que está preparada para dirigir al América.
Lo único que opaca a la Tremenda es su relación laboral con la seño Sonia Vargas, conectada directamente con el compa de Calderón, García Luna Productions y su “trama corrupta”.
Con el espíritu del Conde Doku en su laberinto de la Estrella de la Muerte, y haciéndose la “vístima” como la Suprema Corte, Germán Larrea emberrinchado ya no quiere comprar Banamex. Y es que casi quería que le pagaran por quedarse con el banco. El personal bancario respiró con tranquilidad, ya se veían cual mineros de Pasta de conchos.