Tedros Adhanom, el mero mero de la OMS, sin el menor sentido del drama y ninguna vocación por contribuir a la histeria colectiva, decidió otorgarle al Covid-19 un nuevo epíteto para nada hollywoodezco y tranquilizador: “Enemigo de la humanidad”, algo que solo se le podría haber ocurrido a alguien tan creativo como Donald Trump cuando se refiere a los demócratas y los inmigrantes. El mismo pelos de elote que hoy dice que él vaticinó la pandemia, y que ayer afirmaba que eran puras patrañas.
A lo mejor el dotor hizo todo esto para contribuir un poquito a la paranoia que casi ni se da en estos días, pero en particular luego de ver el tuit del ex ministro de la Tremenda Corte, José Ramón Cosío, cuando se preguntaba con algo de espíritu telenovelero, de dónde sacó el gobierno todo esto de las fases ante una pandemia, que de parte de quién, que dónde está la transparencia y dudas existenciales por el estilo que prácticamente lo colocan al nivel de grandes espíritus científicos como el de Carmelita Salinas.
Digo, también le ha de haber sacado de onda a don Tedros que el gran estadista de Guanatos, el señor Alfaro, colgara un video donde advertía sobre supuestos 40 viajeros que llegaron de Vail a Guadalajara que dieron positivos por el virus del momento, que no van a dar los nombres (menos mal, no los vayan a linchar luego de la alocución del góber al que casi ni se le da la avidez de notoriedad, pero sin presentar un informe para que las autoridades sanitarias atiendan el asunto) pero casi que quiere cerrar Jalisco quizá con la esperanza de que ante la falta de turistas el lago de Chapala se vaya componiendo al estilo de Venecia.
O sea, ¿quién será el asesor de Alfaro, el señor Bukele? En una de esas se cambia el nombre por el de Covid Bryant.
Pero ahí no para la cosa, al buen director de la OMS que está al borde de hacer OOOMMMSSS, le ha de haber resultado sospechosista que Tomas Zerón (ese que dicen que sembró todo clase de falsedades en el caso Ayotzinapa para reforzar la veldá histórica de Jesús Murillo Karam). Y es que no es posible que Zerón haya decidido huir a Canadá, un país que tiene cerrado sus espacios por la virulencia y a los que deja entrar les aplica las mismas terapias que a las focas. A lo mejor lo que quiere este notable investigador es verse contagiado y generar empatía. O echarle la culpa a la cuarta transformeichon por sembrarle el Covid-19.
OOOMMMSSS...
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