El ojo Remi ultraderechoso

Ciudad de México /

La polarización que tanto asusta a las buenas conciencias adictas a la uniformidad no está tan mal, sobre todo porque a ciertos grupos a los que fundamentalmente les valía madre la humanidad ahora los veo muy preocupados por países que yo creo que ni sabían que existían, como Venezuela (bueno, solo por telenovelas como La Surianita y las misses) y Bolivia (con todo lo sucedido en estos días cualquiera diría que el general Gaytán se fue a dar su vuelta por allá) o geografías donde viven los LeBarón y Culiacán, que solo la habían oído nombrar en las narcoseries.

El antiizquierdismo ha generado extraños compañeros de aventuras y de viajes. Incluso los nostálgicos de la Junta Militar de Videla ya deben estar preparando algunos homenajes.

Y es que quién iba a creer que un día Dios nos iba a prestar vida para ver que aquellos que no se inmutaron siquiera por los niños de la Guardería ABC o los muertos en Salvárcar, Tijuana y mil más, hoy ante todo hecho criminal se instalan en la histeria y el derramamiento de melodrama ranchero.

Digo, me parece muy bien que quienes jamás demostraron ninguna emoción por la pérdida de Javier Sicilia y se burlaron de su movimiento ahora lloren a su lado pidiendo beso. Incluso aquellos que desde sus palestras periodísticas se cebaron acusándolos a los No+Sangre prácticamente de apátridas por no ponerse a las órdenes de Jelipillo Calderón en calidad de soldados rasos hoy abrazan al poeta como su dios huichol y él se deja querer.

Digo, se les olvidó señalar hacia Chile y a Ecuador, donde se quiso recuperar el espíritu del modelo pinochetista afamado por llevar a los Chicago boys (¿bots?) a su nivel más Robocop con Skynet incluido, pero no importa. Quieren la salida de Evo Morales a patadas (de hecho, ante la posibilidad de asilo en México se nos pusieron peor que cuando a Chayito la metieron al tambo y corretearon a Lozoya y Robero Deschamps), pero a Piñera lo ven con ojos Remi.

Digo, no puede ser más conmovedor. Pienso en aquellos que hasta hace muy poco tiempo frente a las manifestaciones en Chile gritaban “¡Ojalá los hubieran matado a todos!”, hoy se conforman con la tortura.

El asunto es que se está forjando un nuevo tipo de pensamiento reaccionario más humanista, ultraderechoso pero esplendoroso. Son admiradores como siempre del golpe de Estado, pero con un twist piadoso y cuasi poético.

El perfecto idiota latinoamericano ultraconservador puede estar tranquilo.

jairo.calixto@milenio.com
@jairocalixto

  • Jairo Calixto Albarrán
  • jairo.calixto@milenio.com
  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
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