Están tan desesperados en la Tremenda Corte que no solo recurrieron al voto que tanto aborrecen para darle sustento a su incorporación al paro de los impartidores de injusticias, sino que se fueron a huelga asegurándose de seguir recibiendo sus nada austeras quincenas. O sea, más discreción, la gente va a pensar que son una bola de conchudos. Hasta parecen Salinas haciendo huelga de hambre de 10 minutos con agua Evian.
Como quiera que sea, antes de andar defendiendo los PRIvilegios de la Tremenda Corte de una manera un poquito telenovelera, la fanaticada del poder perjudicial tendría que exigirle a los piñaboys & girls que desaparezcan de sus celulares el Whats, que es como su kryptonita. Sé que es difícil resistirse a amenazar a sus enemigos por esas vías, decirles que saben cositas malas de ellos, o darles el Vo.Bo. a sus columnas, como a Lulú Mendoza, mejor conocida como #LadyChanel, o convocar a extrañas y torcidas cenas en lo oscurito con Alitititito Moreno, pero es tiempo de que reconozcan que por ahí los están torciendo.
En ese sentido tendrían que entender estos trabajadores del amparo seguro para los amiguis de la derechairiza en tachas que también tienen que, una vez que fueron cachados en la maroma, responder a los señalamientos con la lógica de Denise Dresser y de Pedro Ferriz. O sea, no puede ser que la ministra Ríos-Farjat mande una carta sobre el affaire con #LadyChanel, donde lo único que le falta decir es que todo es culpa del algoritmo comunista y que ella le quiso quitar las cadenas al naquerío cuatroteísta, pero que no se dejaron.
Si siguen así, van a cachar a todos los columnistas con los que están coludidos, ¡aguas!
La Tremenda Corte debería de ser más selectiva con quienes la apoyan. Ya tendrían que deslindarse de los estudiantes que los apoyan porque, como el hijo del socio de Claudio XXX González (que dice que desde el 68 los jóvenes no salían a manifestarse y que México, ya traducido al español, será ultraderechoso o no será), los desprestigian más que Margarita Zavala, Germen Martínez y Sarmiento. Deberían dejar de tomar clases con Krauze y la Dresser, y mandarlos a tomar cursos de historia de los movimientos estudiantiles con los jóvenes de todas las escuelas y facultades (los de derecho suelen ser de derecha) que en todo el país manifestaron su apoyo a la reforma judicial.
Hablaba José Revueltas de un proletariado sin cabeza; esta magistratura anda como pollo sin cabeza.