Supongo que hay un momento en la vida de los expresichentes como Zedillo que tiene que regresar para cerciorarse de haber hecho el daño suficiente desde su fanatismo neoliberal. Por alguna extraña razón que seguramente tiene que ver con un Edipo mal atendido, los expresichentes de ahora renunciaron a quedarse en la intimidad de su despacho a disfrutar de lo robado. El Chupacabras Salinas solo volvía a la patria a meter calambres y sustitos en jalogüin, pero no tenía el mal gusto de Calderón de estar tuiteando como energúmeno y desprestigiar a todo aquel al que le da like o RT(que le generan a sus beneficiarios, según la NASA, al menos 7 años sin orgasmo). Vicente Vox no deja de aterrar a la comunidad con su arsenal de dispepsias, dislates y cero sinapsis, todo embalado en una ortografía del terror. Solo mi licenciado Peña se dedica al livin la vida loca y a la padroterapia intensiva, y en todo caso manda a hacer a la ministra Piña (Piña es Peña, dice Álvaro Delgado) el trabajo sucio que ni los prianistas quieren hacer.
Claro, mi Normis ha sido un desastre, pero eso ya lo sabía don Quique que iba a suceder: tiene la fidelidad pero ninguna lucidez.
Un desastre intelectual que solo se puede comparar con el de personajes como Pepe Toño Crespo que, en vez de poner a girar la ardilla, ataca a la presidenta Claudia Sheinbaum desde la sórdida misoginia derechaira que lo ha caracterizado en su casposa decadencia. Solo le compite el humor involuntario del compadre favorito de Calderón, García Luna Productions, haciéndose la vístima en su carta como de miniserie de Vix, que parece redactada por Cascabel Hérnández: le echa la culpa a la reforma del Poder Perjudicial de sus penurias carcelarias, descritas cual chispeantes chistoretes de Escamilla y Ballarta; por supuesto AMLO es un dictador como dice Zedillo y todo el comunismo internacional está coludido en su contra.
Lo peor que le pudo pasar a la Tremenda Corte es el apoyo de don Genaro.
De todo esto lo más divertido es ver a Beatriz Pagés, directora de Proceso y Aristegui Noticias, exigiéndole a los expresichentes que se uniformen de marines y vengan a invadir Teotihuacan para resucitar la Guerra Sucia, la narcoguerra, el aigriopuerto de Texcoco, la estafas maestras, los apapachos a Krauze y más y mejores Robaproas. Y a nombrar presidenta a la Dresser con huipil.
Zedillo, como emisario del pasado y agorero del desastre, es tan útil como el PRD y los Chuchitos en fuga.