Me presentaron a Héctor Suárez Gomís y nos hicimos medio amigos. Lo invité al programa que hacía en Milenio TV, “Política cero”, porque él traía un monólogo sobre la aciaga relación que tuvo con su padre, el gran Héctor Suárez. Luego presenté uno de sus libros junto con Héctor Bonilla y su progenitor. Por eso, porque lo conocí de cerca, platicamos mucho y nos divertimos un buen, me sorprendió que se fuera haciendo cada vez más rijoso, intolerante y reaccionario en el Twitter.
Y me sorprendí todavía más cuando ayer mi querido Vicente Serrano (líder de un esfuerzo periodístico incisivo e irreverente llamado Sin Censura) reveló que había sido agredido por Héctor al que en un video y luego en un tuit, justificaba el acto como un bully de secundaria.
Así, superando a Adame, Suárez Gomis representa al típico ultraderechoso que como Javier Lozano o Lilly Téllez, desprovistos de argumentos, recurren al lenguaje violento y al berrinche eterno, solo que en este caso, como bien dijo mi querido amigo el gran monero Rapé, “cruzó la delgada línea roja donde el derechairo se convierte en derechazo”. Ahí cuando incapacitados para debatir y argumentar, lo único que prevalece entre los ultraderechosos son los madrazos. O sea, yo he compartido con los grandes impresentables de la patria, del expresichente Jelipillo a Fox, los hermanos Zavala, mi Licenciado Peña, Mariana Gómez del Campo, don Beltrone, Fidel Herrera, Chumel e incluso le llegué a pedir un beso a Javier Sicilia antes de que fuera reclutado por el PRIANChu, pero nunca se me ocurrió ni por asomo insultarlos, golpearlos o romperles los lentes. Ni que fuera cavernicolita.
Que apoyen a Héctor un montón de bots con cara de Hitler, es lógico, incluso una oscura diputada priista, también; pero que condonen la violencia personajes como Sergio Sarmiento, lo explica todo. Si hubiera sido al revés, se habrían quejado en la OEA, la CIA, la ONU y el FBI.
El buen Vicente Serrano ya hizo la denuncia en la Fiscalía y espero que se siente un precedente legal para que entiendan que la violencia no es el camino. Supongo que los grandes defensores de la paz y la concordia, Alitititititito Moreno, Markititititito Cortés y mi Claudio XXX ya se manifestaron contra el violento.
Suárez Gomis casi rebasa a Francisco Martín Moreno, y no dudo de que con gusto le pasaría la gasolina y la antorcha para quemar vivos a los morenistas.
¿Cuánto tiempo se tardará en alegar que es un perseguido político?
Jairo Calixto Albarrán