¡Kastapasanda!

Ciudad de México /

El día en que la Dictadura anuncia con bombo y platillo que sube el salario mínimo y que este es el periodo con menor desempleo de la historia, aparezca un desempleado de altos ingresos como el Chupacabras Salinas llorando porque “alguien” le arrebató la pensión que le permite vivir con algo de decoro en su palacete en Madrid. Y todo por el Horror de diciembre y el canon neoliberal que vino a imponer a México cual si fuera el derecho de pernada económico, chale.

No se vale, un expresichente que se la rifó en una huelga de hambre de 10 minutos con agua Evian tendría que ser tratado como héroe y no como apestado. Ya se tendría que haber superado los escándalos de su sexenio, el asesinato de Colosio y de Ruiz Massieu, caray.

Lo bueno es que mi Charly no está solo y puede pasar su exilio dorado en España con pura gente bonita como mi licenciado Peña, Calderón y Ciro Gómez Leyva, estos últimos gente muy sensible que arman conmovedores espectáculos del derechairismo en éxtasis. Sobre todo, imbuidos por el espíritu humanista de Vox, Hernán Cortés y panismo hispano representado por el PP. Hay telenovelas de Verónica Castro que no son tan cursis.

Lo malo es que Ciro cada vez se pone más heavy metal cuando, por culpa de su baja comprensión lectora, se va como Demonio de Tasmania contra Epigmenio Ibarra, que con templanza aguantó su conversión en Pedro Ferriz. De cualquier manera y por más que diga, todos los comunicadores xochilistas, prianistas y claudistas resultaron irrelevantes a la hora buena de la contienda electoral. Millones invertidos en ese esfuerzo de los derechairos mediáticos, solo contribuyeron a la debacle de la señora del huipil.

Todo es culpa de la dictadura porque, como dice la distinguida, culta y nada delirante Cascabel Hernández, que han convertido en sheibaumzombis a todos los mexicanos que tienen a Claudia en 70% de aprobación. No le falta razón a la fina dama pero si sus dichos (AMLO es el líder del Cártel del Golfo, dueño de la Estrella de la muerte y es pezzonovante de la camorra italiana) estuvieran amparados por datos duros no la estarían comparando con Kinky Téllez ni con Lord Montajes Loret.

Hasta la Tremenda Corte despiñatizada, tuvo que renunciar a los fideicomisos que no estaba facultada para organizar como si fueran tandas. Esos recursos regresarán a la Tesorería, igual que los de muchos organismos autónomos que se servían con la cuchara grande, al estilo de Tatanka Córdova. ¡Lástima, Margarito!

¡Kastapasanda!


  • Jairo Calixto Albarrán
  • jairo.calixto@milenio.com
  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
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