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La CIA desestabilizadora

Ciudad de México /

Como si no lo supiéramos, el ex director de la CIA James Woolsey, en entrevista para el Atypical TV de EU, Fox News, reconoce que desde los tiempos de la Guerra Fría su gobierno intervino en distintos países para perpetuar el capitalismo, la democracia e impedir el avance del comunismo. “Y lo seguimos haciendo, por una buena razón”, remató aprobando el procedimiento.

Esto, por supuesto, a costa de golpes de Estado, desestabilización, violencia y lo que conlleva. Ya lo decía el viejo Roosevelt cuando le explicaron la clase de bestia inhumana que era el dictador de República Dominicana, Leónidas Trujillo: es un hijo de perra, pero es nuestro hijo de perra. 

Supongo que la defensa del capitalismo y la democracia podría haberse hecho de una manera un poquito menos salvaje, por lo menos para guardar tantito las apariencias. Digo, qué le costaba al Tío Sam obligar a sus HDP a que moderaran sus masacres y su re re represión, pues coadyuvan para forjar cierta felicidad al vivir bajo la bota de una junta militar como la argentina, chilena, o una dictadura perfecta a la mexicana que tanto añora Krauze.

Es comprensible que si a las personas las maltratas todo el tiempo, las reprimes o las torturas, pues se generan claramente algunos resentimientos.

En ese sentido, algunos sátrapas acabaron en una explosión como Stroessner o Somoza o, peor aún, ridiculizados como Pinochet. Videla terminó de tambo en tambo, denostado y apañado.

Como quiera que sea, hay personajes con ciertas tendencias a la si si si sicopatía que cuando llegan al poder como Bukele o Milei, se les exaltan esas nostalgias

fascistas, aunque no se dan cuentan que terminan, igual que Trump, eternamente caricaturizados por El gran dictador de Chaplin.

Siento que a estos personajes lo que les gusta es la violencia institucional contra quienes se opongan a sus políticas para nada humanistas. En estos días, la García Luna argentina y al servicio de Milei, Patricia PitBullrich, no dudó en golpear de manera artera y con delectación a los jubilados, mientras los granaderos les gritaban zurdos de mierda.

Tengo la impresión de que si no se dieran estas salvajadas represoras, ni a Trump, ni a Musk, ni a Milei les sabría el poder. Son como los aficionados a los toros que se niegan a tener una fiesta brava sin sangre. Y por más que Clara Brugada les explica que pueden hacer sus fiestas sin lastimar a los toros, estos se ponen peor que Alititito Moreno con el Noroñas.

Los gringos todavía pueden amarrar a sus HDP.

  • Jairo Calixto Albarrán
  • jairo.calixto@milenio.com
  • Periodista producto de un extraño experimento cultural-social-educativo marxista, rockero, populachero, libresco y televisionudo / Escribe de lunes a viernes su columna "Política cero"
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