Mientras esperaba muy empíricamente a ver si en el Sonora Grill Prime me mandaban a la zona bananera, pensé que se me hacía muy raro que Ricardo Anaya, tan incluyente, utilizara el término “república bananera” de manera tan despectiva y clasista como si fuera un marine en Centroamérica, para tratar de minimizar el proyecto del Dictador macuspánico. Raro, sobre todo viniendo de alguien que debe vestirse en Banana Republic para ponerse en contacto con su lado más salvaje.
Está como aquellos que, en su calidad de seudofifís que se creen fifís aunque los estén correteando los cobradores de Coppel, tienen la extraña creencia pelongomisesca de que la marca Bimba y Lola es muy fifí. Deben ser los mismos influencers que le sugirieron a los del Sonora Grill utilizar a personajes de muy dudosa categoría para defender su marca de quienes los acusan de clasistas solo por dividir a sus comensales entre nacos, y la gente bonita, caucásica y pipirisnais con aspecto fufurufo. O sea, solo a ellos se les ocurre que podían blindar a la marca con la férrea defensa de dudosos reporteros de negocios —que muchos de ellos tienen por lema, me consta, “De gorra ni quién nos corra”—, más el apoyo de una diputada priista posando en uno de sus locales de manera más prefabricada y artificial que aquella señora monrealista que salió abrazando a una concha Bimbo. Lo mejor es que América Rangel presumiera con orgullo que no la habían discriminado a pesar de ser de tez morena. Lo chistoso es que tan distinguida dama no se encontraba precisamente en un restaurante Prime, donde la hubieran sentado con los progres resentidos que tanto desprecia.
Es más fácil erradicar esa lógica de cadenero de antro, a que esa estrategia reguetonera funcione. ¿No se supone que el marketing sirve para apuntalar una marca y no para desprestigiarla?
Algo que solo se puede comparar con Monreal sacando su rap en versión ringtone, para luego pasar a decir que él no va a linchar a Alititititito Moreno, ese nada pobre y probo político. Hasta que salgan sus packs va a estar contento. Bueno, me dicen que Mario Delgado ya está buscando a Osorio Chong para ofrecerle una candidatura pues, a diferencia de mi Richard que siempre le da la razón al PRIANChu, él sí ve a Alito como un peligro para México. A Monreal solo le falta atacar a Delfina Gómez, defender al Cártel Inmobiliario del KukluxPAN, y luego exigir la gerencia del Sonora Grill. No tarda.
Jairo Calixto Albarránjairo.calixto@milenio.com
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