Me parece muy Graue lo que está pasando en la UNAM, donde el Rector en vez de atacar directamente los problemas mejor espera a que el agua le llegue hasta el cuello. Y en lugar de hacerse responsable de los hechos, prefiere recargar todas las culpas en el alumnado y los profesores. Con tantos asuntos con los cuales lidiar en medio del berenjenal electoral, ya se nos había olvidado la huelga que se mantiene en escuelas y facultades por la falta de pago a profesores de asignatura y ayudantes. Bueno, no se nos olvida ni a mí ni a muchos padres de familia que tenemos a nuestros chicos no solo condenados al encierro por la pandemia desde hace un año (que por cierto se juntó con otro paro que se estaba realizando desde tiempos inmemoriales en defensa de los derechos de las mujeres y en contra de los abusos, presiones y acosos que sufren al interior de la universidad) sino apartados de los cursos académicos por enésima ocasión y que están al borde de mentar madres a todo pulmón.
En principio parece increíble que la Máxima casa de estudios no se haya puesto al corriente con esos pagos que se suponen que están etiquetados y que no tendrían que haberse extraviados en la maraña burocrática que recorre las arterias universitarias. O que alguien de manitas hábiles se haya apañado el recurso, cosa que no es que sea improbable. La cosa es que se puede caer en cualquier tipo de interpretación porque simplemente la información que se ha proporcionado está al nivel de la exculpatorias de Cabeza de Buey que nomás suelta los datos que le convienen y que no explican cómo sostiene su vida de pachá a la Robero Deschamps.
Ahora mismo la UNAM hace un llamado al alumnado y al personal académico para reanudar el semestre alegando que en mayo se solucionará el problema y que quedan pocos maestros a los que se adeuda. Bueno, eso lo llevan diciendo desde hace rato. Ya están como los de Telmex-Infinitum que te mandan mensajes pidiendo disculpas por no resolverte el problema del internet caído, esperando que se arregle solito.
Las autoridades encabezadas por Graue, debido a su desidia y procrastinación, lavándose las manoplas, ya están en el clásico método del expresichente Jelipillo que se dice muy preocupado por el problema del narco, cuando su narcoguerra autoritaria y torpe empezó todo.
Como quiera que sea, si se pierde el semestre y la cosas en la UNAM se ponen más Graues, ya saben a quién echarle la culpa.
Jairo Calixto Albarrán