Jorge Romero, el Markititito Cortés 2 del PAN, comenzó muy bien su nuevo cargo. No solo le gritaron “¡corrupto!” en la propia sede del partido, sino que además le han recordado la cadena de amargura que viene cargando en su papel de gerente del cártel inmobiliario, que incluye a varios de sus contlapaches que han terminado o en el tambo o huyendo.
En su lucha por el fast track de la autodestrucción, el panismo buscó a alguien que pudiera acabar lo más pronto un partido que de por sí se iba a extinguir solo. De hecho, ahora mismo corren las apuestas sobre quién va acabar de darle en la torre primero a sus respectivos partidos, Alitititito Moreno al PRIcámbrico tardío, o Romero al PAN con lo mismo. Sin duda Mr. RoBotox tiene el know how para cumplir con su cometido en su papel de porfirista feliz; pero Jorgito trae unos ímpetus bárbaros para hacer de las suyas.
O sea, cómo no lo van a querer sus asesores krauzistas si lo primero que hizo, además de tomarse una foto con sus cómplices (clarito se oyó el grito de “¡Esa bolita es para robar!”), fue salir con los 20 kilos de moco de King Kong en el pelo en homenaje a mi licenciado Peña para darle un ultimátum al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. ¿Qué le dará valor a Romero para advertir que solamente dará una oportunidad para sentarse a dialogar con la actual administración? Sobre todo si tomamos en cuenta que en la Ciudad de México los panistas perdieron 95% de los procesos electorales (fundamentalmente por nulo talento, abulia y atraco en despoblado), mientras en sus territorios se les está cayendo el changarro. Un partido que se convirtió en una muy mala imitación del PRI, y que en los procesos electorales de 2024 no supieron ni a melón. Es lo malo de cuando a falta de principio de realidad se les pasan las dosis de autoestima; así, cualquiera diría que Romero iba a consulta con Marylin Cote, la Denisse Dresser de la psiquiatría.
Cosa que se comprueba con la respuesta del presichente del panismo donde hace berrinche por los señalamientos que le hizo la Presidenta. Y todavía se pone a inventar eso de que estuvo pugnando por un diálogo con el gobierno, cuando en realidad los panistas cerraron todas la puertas para concentrarse en las fake news, gestionar pésimamente su trabajo político y cuajarse de amparos con una pequeña ayuda del poder perjudicial.
¿Con qué músculo pretende Romero enfrentar a Morena si su padrón está tan limitado y su fuerza está a la baja?