Suele criticarse a la llamada generación de cristal, acusándola de carecer de enjundia y resiliencia, mientras que las viejas generaciones aguantan todo. Claro, los babyboomers resistieron los muy tóxicos 70 años del PRI y 12 de Acción Nacional, que no es cosa menor.
Sin embargo, ahora vemos a unos chavorrucos como Lorenzo y Cirito, muy melodramáticos en su denodada lucha contra la Dictadura macuspánica que quiere “¡Destazar al INE!” (léase como el Ledo gritando que Pepe el Toro es inocente), haciéndose las vístimas y aplicando la neymariña. En su lucha contra el plan B sufren como Rosa Salvaje y sobreactúan por la urgente necesidad de demostrar que sienten algo que en realidad no sienten. Ahí está su muy fingida empatía con los trabajadores del INE que podrían perder su empleo si recortan los presupuestos, cuando en su momento los consejeros no quisieron recortarle una pizcacha a su nada escaso peculio, con tal de vivir como el Diamante negro. Ese show a lo Laura Zapata resulta tan tristito como los plagios de la dotora Denise Dresser señalados hasta por Juan Ignacio Zavala, mismos que ya debe estar investigando Memo Cheridam.
Digo, cómo vas a tomar en serio a Lorenzo y Cirito si el libelo de Vianelo (La democracia no se toca) lo promueve un mapachote, Vicente Fox, que, de paso, le da en la torre a los presentadores que de por sí están de capa caída.
Algo tan dañino como que Madrazo, el Atila de la Chontalpa, saliera a defender a Alazraki como víctima de la Dictadura macuspánica, pues un periódico lo despidió porque sus textos casi ni estaban rebosantes de odio, infodemia, carroña y tergiversación. Bueno, ya para que te apoyen Lozano y Ferriz, para nada adalides de la libertad de expresión, habla del nivelazo de Carlitos. Dime quién te defiende y te diré quién eres.
Eso sí; lo que saca de onda no es que Lorenzo y Cirito hagan más panchos que la Gómezpunk en fuga, sino que para demostrar sus compromisos sociales que de pronto se les despertaron, aún no hayan salido aunque fuera a sacarle la lengua a García Luna Productions. Ya no digamos por sus relaciones con Calderón, El Grande, el Chapo y la Barbie, sino por sus pésimas telenovelas y montajes con Lord Montajes.
Pero para telenovelas la del ogro fifilantrópico, Claudio XXX, que para llenar el Zócalo al ritmo de “El INE soy yo” va a tener que acarrear hasta los meseros del Hunan, el Sonora Grill y todo el personal del City Market, ahí donde los fifís hacen su nido.
Jairo Calixto Albarránjairo.calixto@milenio.com
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