Así se expresaba un viejo personaje del Güiri Güiri que, a pesar de su imagen militar, era un pacifista que buscaba en la imaginación maneras de impedir que la violencia y las guerras arrasen con tocho. Ya se sabe, rifles que disparaban palomas de la paz, tanques que tiraban flores o cuchillos de plástico. Con la Tercera Guerra Mundial encima y nosotros en chanclas, habrá que recurrir a la lógica de Andrés Bustamante para impedir que se desate la hecatombe ahora que Biden, Putin, Xi Jinping y Zelenski andan blofeando a ver quién aprieta el botón rojo.
Así, uno no sabe si hacer o no las compras navideñas, o ver los partidos de la Selección, o si mejor seguimos lo votado hasta que se acabe el mundo. Sobre todo porque en pleno Día del Omvre vemos a los líderes mundiales que juegan a ver quién tiene las ojivas nucleares más grande, parecen olvidar que a todos nos puede cargar el payaso.
Y todavía el Secretario de Estado yanqui, el nada talentoso Mr. Blinken, anuncia que el verdadero presidente de Venezuela es Guaidó 2 y que se invertirán millones de dólares para apoyar a Ucrania, cuando con estos delirios militaristas, ni en Caracas ni en los Cárpatos quedarán vestigios.
Así, los opositores se han contagiado de los guasones de la OTAN (lo que quieren es ver arder el mundo) y Enrique Alfacho, el Mussolini de la torta ahogada,10 minutos antes de dejar su guango poder quiere sacar a Jalisco del pacto fiscal, quizá para declararle la guerra a Putin y convertir a la entidad en protectorado gringo. Lo bueno es que ya se va España a engrosar el Team MumRa neoliberal de Calderón, Salinas y Peña, que está muy casposo, cursi y voxista.
Y como también en Canadá hace aire, Trudeau —el dios de los progres buenaondita—, que a unas horas de dejar el poder quiere echar a México del T-MEC porque dizque está asustado de que China impida que las mineras canadienses continúen atracando en despoblado. El traicionerito de Justin hace ver a Ken Salazar como alguien confiable.
Así, al ritmo de “Yo no voy a la guerra”, hay que enviar a la frontera ruso-ucraniana a gente serena, inteligentísima y pacifista como Kike Krauze, Xóchitl, Alazraki, encabezados por la dotora Dresser.También el Canelo puede organizar una pelea en el Maracaná de Tepito o en el Coruco Díaz con las reglas de la WWF, para que Zelenski se agarre del chongo con Putin. Y luego que hagan relevos australianos Biden y Trump, que son uno mismo. Ahí que se maten entre ellos y que nos dejen en paz.