Deberíamos de estar agradecidos con García Luna Productions por haber regresado a las grandes ligas del humor involuntario con su cartita a Santa Claus. Todo acompañado de una vistimización que no tuvieron ni Xóchitl ni la Loca Academia de Anayas, caras y gritos como los de Laura Zapata, sobreactuaciones tipo Kinky Téllez y lloraderas estilo Krauze, con la cereza del pastel de acusar de narco al Presidente AMLO, basado en los dichos de Cascabel Hernández y, de paso, alegar cómo la distinguida periodista tiene las pruebas, videos, fotos y hasta el musical, pero que no los puede mostrar porque están guardadas en una caja fuerte en el Titanic.
Una cosa muy fina y muy encantadora porque casi ni se ve coordinado el asuntito con la llegada del nuevo líder del Team MumRa, don Neto Zedillo Ponce de Lión. Ambos dos con el mismo rollo de que esto es una dictadura, que el comunismo internacional quiere acabar con la mexicana alegría, que la Tremenda Corte es la sede de la más prístina pureza y que el viejo legado neoliberal es lo más humanista que hay desde la narcoguerra del expresichente Jelipillo.
Digo, mi Claudio XXX González no pudo haber traído dos personajes con mayor calidad de importación para convencer al pueblo mexicano de que la Cuatroté es una anomalía en la Matrix. Digo, no puedes sino confiar en García Luna Productions enjaulado en Estados Unidos por los servicios prestados al Cártel de Sinaloa, y en Zedillo que entre sus cadáveres en el closet tiene Tlatlaya, Aguas Blancas, el Fobaproa, la venta de garage de los ferrocarriles y la destrucción de las pensiones para la masa trabajadora, pero nunca para seres de luz como Diego Baladí, María Amparito Casar y los jueces, magistrados y ministros que se podrán jubilar desde antes de acabar la carrera.
Bueno, los calderonicolitas salieron a defender a su Genaro de toda la vida y el mini Jelipillo y otros extraviados ya le querían hacer un mole. Y qué decir de los beneficiarios del neoliberalismo salvaje zedillista y sus artríticos amanuenses mediáticos, que casi lo ponen al casposo don Ernesto como el Niño Fidencio de la explotación del hombre por el hombre. Eso sí, no faltaron los emisarios de Carlos Salinas, que es un rencoroso, a echarle cacayacas a mi Neto que no tiene la culpa de ser tan guarro.
Esto es más divertido que el video donde una muy recalcitrante panista dice: “Si parece pato, si tiene plumas blancas, pito de Paco, digo de pato, y además dice cuac”.