Amor político en el puente de la Concordia

  • Areópago
  • Jesús de la Torre T. Pbro.

Laguna /

Colindando con la frontera guatemalteca, en días pasados se inauguró un puente, que está sobre uno de los ríos más grandes de México, con la finalidad de que los pobladores de ese sur de México, no de vueltas enormes para comunicarse. 

El gobierno federal está muy interesado en tal puente, que no une grandes ciudades del sur, pero que por ahí andan dos grupos criminas que se trenzan a balazos, buscando controlar la frontera sur de México, para sus actividades ilícitas. 

Tratándose de una obra de ingeniería tan admirable, y de un propósito social tan laudable, la mayoría de los medios de comunicación social, guardó silencio. 

Pero si alguna nota se refiere a esa región, sólo se habla que muchos mexicanos han pedido auxilio a Guatemala, para salvar sus vidas.

El puente que citamos, es una obra grandiosa en medio de comunidades pobres. 

Antiguamente se ejecutaban obras de ingeniería calculado el beneficio económico. Si tal no había, ni proyecto había, ya que se concebía el desarrollo únicamente como beneficio económico. 

Pero en el asunto que comentamos, no se trata solamente de una buena nota periodística omitida por perjuicios de ideología política, se trata más bien de una de tantas sorpresas que se generaron antes del 2 de junio, el 2 de junio y después del 2 de junio. 

La realidad no la queremos ver, razón por la que se desarrollan verdaderos argumentos enredosos para explicarnos lo que pasó ese fatídico día para unos pocos, y agradable para mayorías.

La realidad nos está obligando a tener un amor al ciudadano, aunque no nos agrade su opción política, pero es un bien que recibe los beneficios que se dan por medio de la sociedad política. 

Se trata de una manera de sentir fraternalmente, que nos necesitamos los unos a los otros. 

Que somos necesarios los unos para los otros. 

El amor, lleno de pequeños gestos de reconocimiento mutuo, es un amor social, político y cristiano, este último en términos de fe.

El puente de la Concordia, en el Estado de Chiapas, es un significado de amor social, para facilitar el que haya concordia, paz, allí en esa región donde los maleantes se dan en la torre, aprovechando las dificultades que crea la incomunicación, al amparo de la ley del monte donde los balazos se tiran a lo tarugo, no importando que haya inocentes que prefieren arrancar para Guatemala. 

Y eso no se vale.

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