El próximo primero de octubre toma posesión como presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, primera presidenta de México, pero sin dejar de advertir que años atrás, un buen número de mujeres ha venido desempeñando puestos de servicio público.
Es relevante el que se anuncie que el nuevo gobierno, es continuidad, en cuanto opciones políticas, del actual gobierno.
Pero no cabe duda, que dentro de la continuidad, habrá su sello propio, no faltaba más.
Los análisis de este acontecimiento político aún se escuchan como pasos a regañadientes para los sectores opositores, durante seis años se les escucharon desconsolados.
No plantearon opciones nuevas aunque había muchas lagunas en cuestión histórica, mucho que reflexionar sobre otros modos de llevar a cabo el estado de bienestar, y una democracia más madura que no deje las opciones políticas a un solo grupo político; también mucho hay que reflexionar sobre las convicciones tan débiles de los llamados “chapulines” que, sin mucha vergüenza se pasan de un partido al otro, conforme a la conveniencia personal.
La sana política es de convicciones no de convenencieros.
No es fácil admitir como sano ejercicio político la mentira para afirmar líneas políticas particulares.
La política, como alto ejercicio de caridad.
Los insultos en las tribunas, es mejor que se eliminen y que la oposición argumente para educar al pueblo cívicamente.
Es importante ser magníficos opositores desde los argumentos sabios, nacidos de una observancia lúcida de la realidad social.
Aunque la realidad social, histórica, religiosa, etc., sea una, la interpretación es plural.
En buena lid, un buen político es un santo, como lo fue Santo Tomás y en nuestro medio mexicano, el beato Anacleto González Flores, y sus compañeros.
Hay muchas personas que no comprenden los caminos que toma el pueblo en rutas políticas y no faltan quienes piensen que es solo el interés económico,, pero esto hay que pensarlo bien, porque muchas cosas se vienen a la mente cuando se observa que el presupuesto sí llega a los pobres y en los grandes comercios está el pobrerío comprando y se constata que a todos, económicamente, les va bien.
No estamos perdidos, pero si estamos llamados a ser mejores políticos, mejores opositores, porque hay muchas lagunas en la política actual y a veces no se llenan por los argumentos impulsivos que llevan.